Por: Redacción/
El Secretario General de la Alianza Campesina del Noroeste, Raúl Pérez Bedolla, consideró que el Presupuesto autorizado por el Congreso de la Unión, para el campo para 2018 es sólo un paliativo para la agricultura mexicana, pues por tercer año consecutivo tanto el Programa Especial Concurrente (PEC) y a la Sagarpa se les asigna un presupuesto a la baja con respecto al año 2015.
Para el PEC 2018 aun cuando observa un aumento de 4.83% que significa un monto de 334,314 millones de pesos con respecto al aprobado en 2015 es inferior pues en ese año fue de 353,008 millones de pesos; mientras que para la Secretaría de Agricultura el ajuste a la alza fue de 2.22% con un monto de 72,125.5 millones de pesos cantidad menor a la aprobada para la dependencia hace dos años cuando se le asignaron 92,142.0 millones de pesos.
En entrevista, el dirigente de ALCANO, externó la preocupación de las diferentes organizaciones campesinas que integran el Congreso Agrario Permanente pues además del bajo presupuesto “hay que enfrentar en 2018 las engorrosas reglas de operación para acceder a programas, los graves retrasos en la asignación de recursos y por si fuera poco en el tercer trimestre del próximo año entra en vigencia la veda electoral y, además, los recortes al presupuesto que se presentarán a lo largo del ejercicio fiscal 2018”.
Reconoció que se le falló a los campesinos. No se logró la Reforma al Campo ofrecida por el Presidente Enrique Peña Nieto en 2013, no se modificaron las políticas públicas pues se mantienen las de 1994, no hubo reorientación de los programas, y la renegociación del TLCAN, el campesino no está incluido en las discusiones.
A juicio de Raúl Pérez Bedolla el próximo año habrá sequía de recursos pues difícilmente la Sagarpa, Sedesol, Sedatu entre otras dependencias podrán ejercer el presupuesto autorizado ya que arrastran adeudos con las diferentes organizaciones campesinas desde el 2015.
En ese sentido, señaló que se avecina una serie de protestas contra la Secretaría de Agricultura por parte de las organizaciones campesinas ante la falta de cumplimiento en el pago de compromisos adquiridos durante el presente año.
Mientras el titular de la Sagarpa, José Calzada se niega a cumplir compromisos, el pequeño agricultor ha caído en manos del agiotismo, quien le presta al productor con una tasa de hasta 30% para financiar su producción y no dejar su tierra ociosa.
Los productores de maíz y trigo han sido presa de las deudas ya que no se les ha entregado sus apoyos a través de precios objetivo.
Esta situación ha propiciado el descontento de los campesinos quienes ven frustrados su trabajo de cosechar buenos volúmenes de maíz o trigo.
Finalmente, advirtió que el presupuesto 2018 será una vez más inercial y nada productivo y junto con unas políticas de inercia el campo mexicano se enfila a aumentar las tierras ociosas.
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