Por: Israel Mendoza Pérez/
A paso lento se configuran una serie de probables delitos contra el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortizy en algún momento, la justicia lo alcanzará. Tras la detención de Evencio Nicolás M. R., exprocurador General de Justicia, por su probable responsabilidad del delito de desaparición forzada de los eperristas Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, hace 13 años, la pinza se cierra contra el ex mandatario.
La Fiscalía General de la República (FGR) conoce el expediente y recientemente el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos Hasta Encontrarlos se encuentra en un proceso activo. Incluso en mayo pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación atrajo el caso. Con lo que este asunto tomó una relevancia superior.
Y es que, con la detención de Evencio Nicolás se acrecienta la participación indirecta del exgobernador priista, Ulises Ruiz. A final de cuentas, como titular del ejecutivo local tuvo información desde los primeros días en que se les detuvo a Reyes Amaya y a Cruz Sánchez.
Dentro de la corporación policiaca existía un grupo que se encargaba de hacer “trabaja sucio” del gobierno, y que entre ellos estaban los comandantes Corro, Moreno Rivas y Pedro Hernández quienes eran los encargados de hacer los operativos para levantar y torturar a la persona que les indicara el entonces subprocurador.
En estecaso ahora seentienden los pasos de Evencio Nicolás y personal a su cargo que actuó con brutalidad en un contexto represivo por órdenes del entonces gobernador del estado.
En el libro de gobierno de la Policía Ministerial se registró una averiguación previa que se inició por el motivo de la detención de dos personas que al parecer eran miembros del denominado grupo guerrillero EPR. Esas fueron las primeras pistas que tuvo la autoridad.
Sin embargo, en Oaxaca existió un grupo de la Policía Ministerial de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca conocido como FEPAR (Fuerza de reacción Inmediata) que se creó para la investigación de delitos cometidos por grupos guerrilleros y que tuvieran relación con movimientos políticos, el cual en mayo de 2007 era dirigido por el comandante Pedro Hernández. Aquí comienzan los fuertes vínculos de las dos principales autoridades con mayor peso en la escala de jerarquías en el gobierno. El procurador Evencio Nicolás y el gobernador Ulises Ruiz.
En las instalaciones de la procuraduría estatal fue el primer lugar en el que se les vio a los eperristas. Por ejemplo Antonio Martínez alias “El Chuta” había trabajado en la Procuraduría General de Justicia del estado de Oaxaca, y en virtud que estaba viendo lo de su pensión, acudía con frecuencia a las instalaciones de la misma y esta persona comentó que cuando todavía estaba en la procuraduría logró ver cómo los integrantes del EPR fueron entregados y recibidos en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca; incluso él tuvo los papeles de la entrega y que quien los había detenido era el comandante Pedro Hernández, mismo que posteriormente los desapareció.
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