Por: Arantxa Bonilla
“¿Y yo por qué estoy aquí?”, le preguntó Marina, de nueve años, a su mamá cuando respondía por qué había asistido a la marcha del Frente Nacional por la Familia, manifestación donde argumentaban que su principal razón de ser era el bienestar moral de los niños, pero muchos de ellos ni siquiera sabían por qué los llevaron su padres a una movilización que demandó que no se apruebe la ley que constitucionalmente garantizaría las uniones entre personas del mismo sexo en todo el país.
La convocatoria reunió a miles en el Auditorio Nacional; llegaban camionetas con personas vestidas de blanco y banderas del mismo color, y conforme avanzaba el tiempo, más y más gente se concentraba en el lugar.
El contingente principal salió al medio día rumbo al Ángel de la Independencia, al ritmo de “La Cucaracha”. Con esa entonación se armaron porras y consignas como: “A esta marcha, a esta marcha nos venimos a juntar, por la familia, el matrimonio, y el derecho a educar”.
Luis Gallego, de la Unión Nacional Cristiana por la Familia, uno de los dirigentes que encabezó la movilización contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, aseguraba que esta manifestación era en paz, y que su protesta no causaba problema alguno, pues su posición siempre fue la de respetar las distintas formas de pensar: “aunque no estemos de acuerdo con lo que ellos piensan, defenderíamos su derecho a que lo expresen”.
A la manifestación, dijeron, participaban personas de Monterrey, Querétaro, Guadalajara, Oaxaca y más estados de la República. Ninguno aceptó ser acarreado , quienes habían viajado hasta la Ciudad de México para asistir al evento donde distintos grupos religiosos, con imágenes de santos y de la virgen, mostraban su descontento ante la idea de la existencia de familias diversas.
Caminaban padres con sus bebes y niños pequeños, jóvenes que iban por su cuenta, y personas de la tercera edad agrupados por iglesia. Con una banda norteña amenizaban la marcha, bailaban y aplaudían, diciéndole a la gente que eso era una fiesta, y como tal había que bailar.
Un grupo de mujeres rezaban guiadas por un hombre que no conocían: “nosotros como católicos nos apoyamos mucho en lo que es Dios y la Virgen de Guadalupe, todo mundo tenemos derecho a manifestarnos, ellos están defendiendo lo que creen y nosotros también” comentó Isabel, quién se separó por un momento de su oración para compartir su punto de vista.
Luego de marchar desde el Auditorio Nacional hasta el Ángel de la Independencia, el Frente Nacional por la Familia demandó un encuentro con el presidente Enrique Peña Nieto, buscan que el mandatario retire su iniciativa en la que propone que se legisle respecto del matrimonio igualitario.
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