Por: Charlie/
Una vez más, la comunidad LGBTTTI se reunió en el Ángel de la Independencia para celebrar 40 años de libertad, cuatro décadas de marchar para demostrar que es un orgullo pertenecer a la diversidad sexual. En el artículo anterior había mencionado que realmente esperaba que este movimiento nos diera una sorpresa, esto porque sentía que no había ese entusiasmo como en otras ocasiones y la verdad es que no sólo me sorprendieron los discursos sino la actitud de los asistentes.
Desde las diez de la mañana ya comenzaban a notarse las banderas arcoíris y por qué no, también las que apoyaban a la Selección Mexicana. Definitivamente pocas veces suelen juntarse dos eventos tan grandes, pero ese no es motivo para dejar de lado ninguna de las situaciones. Mejor dicho, proporciona un ambiente de mayor convivencia en el corazón de la Ciudad de México.
La marcha inició oficialmente al mediodía, minutos después de que el ‘Tri’ derrotara en la cancha a Corea del Sur. Antes de dar el banderazo, la presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (COPRED), Jacqueline L’Hoist dio un discurso sobre la importancia de los 40 años de esta marcha y destacó a un sector vulnerable dentro de la comunidad LGBT: las niñas y niños trans.
Como mencioné anteriormente, estas palabras me parecieron sumamente acertadas; pocas veces hemos pensado sobre la situación que viven los niños sobre su identidad de género. Otro de los puntos importantes que mencionó es que no solamente se trata del matrimonio igualitario “también es el derecho de reconocer que las niñas y los niños que hoy en día no tienen ni padre ni madre tienen el derecho a que familias homoparentales y lesbomaternales los adopten”.
¡Claro que sí! Requerimos que en todo el país se legalice el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero también necesitamos que se proteja el derecho de crear una familia sin importar si ésta será conformada por dos padres o dos madres.
Por su parte, la presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), Alexandra Hass enfatizó que son “40 años de decir que no es normal vivir con miedo, no es normal sufrir bullying en la escuela, sufrir discriminación cuando queremos conseguir un empleo, sufrir discriminación cuando vamos a las autoridades de justicia y no se reconocen los crímenes de odio como crímenes de odio”.
Así es, todo lo anterior no es normal aunque sí cotidiano. Y la activista Patria Jiménez recordó que el asesinato cometido a los activistas homosexuales Roberto, Rubén y Uriel no quedará en el olvido, se exigirá justicia para ellos. Dichas estas palabras, comenzó la XL Marcha del Orgullo LGBTTTI.
Hay un aspecto que me gustaría recalcar. Como era de esperarse, los aficionados de la Selección Mexicana acudieron al Ángel de la Independencia para festejar el triunfo deportivo y en cierto momento se cruzaron estos dos grupos y se dijeron dos enunciados muy reconocidos. Una de ellos fue el famoso grito “Ehhhhh… Puto…” sumado con el de “el que no brinque es puto”.
¿¡De verdad!? Hablamos de un día en el que la tolerancia y el respeto es FUNDAMENTAL. Algunos podrán decir que es la euforia y las frases no quedan ligadas con la homosexualidad pero entonces díganme ¿por qué algunos se empeñaron en decirlas y señalar a los autobuses en los que se encontraban hombres homosexuales bailando? Tal parece que aunque el encuentro no tuvo ningún acto de agresión física, sí hubo una agresión verbal. Aquí está el video por si tienen alguna duda.
Aún no aprendemos a respetar la diversidad sexual. De cualquier forma quienes asistimos a ese movimiento lo hicimos para recordarle a la sociedad que nuestra orientación sexual, identidad de género y sexualidad no son aspectos de discriminación ni exclusión.
Esta marcha me dejó un buen sabor de boca. Claro que siempre vamos a encontrarnos con las personas que ingieren alcohol en la vía pública – acción que vimos sancionada por los policías que se desplegaron para mantener la seguridad – aquellos que desean mostrar sus partes íntimas sin importar si hay niños presentes y quizás algunos agresores. En fin, fue un buen festejo de aniversario.
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