Por: Iudex/
Para hablar del arbitraje en la jornada tres es necesario hacer hincapié en una acción específica, esa que ha estado en boca de todos por la manera en la que se presentaron los hechos y que refleja una de las principales problemáticas de nuestro futbol y del arbitraje que a este rige.
A lo largo de este proyecto les he hablado una y otra vez de la falta de autoridad que existe entre los silbantes del máximo circuito y el exceso de espectáculo que tienen algunos. Tal es el caso de César Ramos Palazuelos, central en el Toluca vs Chivas que es uno de nuestros tres personajes principales.
Comencemos con él. Ramos regresó de tener un gran trabajo en la Copa del Mundo y sí, regresó un poquito más “sangrón” de lo que era antes, incluso se ve prepotente en algunos momentos y eso es algo que, evidentemente se tiene que criticar porque es algo que molesta a los jugadores y se ve mal ante las cámaras y la afición.
Esto me lleva al siguiente punto: la expulsión. Según Talavera, Ramos lo expulsó porque le bajó la mano, otros dicen que porque le dijo “pendejo” y otros cuantos que porque le dijo que era un “cabrón” pero hasta en estos escenarios se tiene que analizar bien la jugada y ver el lenguaje corporal de ambos personajes.
Punto número uno: Ramos Palazuelos paró la salida de Toluca porque el balón no estaba en el lugar adecuado, Talavera le mentó la madre en dos ocasiones y es por eso que llegó la tarjeta amarilla.
Punto número dos: Luego de una serie de palabras, el portero de los Diablos desaprobó verbal y gráficamente la decisión del silbante y eso, también es meritorio de tarjeta roja directa.
Pero lo preocupante aquí es el poco conocimiento de los cronistas, analistas y ex árbitros acerca de esto. Para empezar, ‘Tala’ ya tenía que estar expulsado por el doble corte de manga pero eso nadie lo señaló y, en su lugar, decidieron criticar al silbante por ser prepotente.
Antes de que eso pasara, en otros partidos, criticaron que ningún central tenía un buen manejo de partido, que faltaba autoridad y ahora, que aparentemente llegó un árbitro con carácter, se quejan de su manera de ser y de dirigirse a los jugadores, en lugar de destacar que es el futuro del arbitraje mexicano.
En conclusión: Ramos acertó al expulsar a Talavera y a cambio recibió un linchamiento mediático por hacer bien su trabajo; pero esa es y será la realidad de nuestro futbol.
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