Por: Redacción
El estado de Hidalgo es considerado cuna del futbol y a pesar de este hecho, un grupo de más de 40 beisbolistas se dieron cita en el estadio Fray Nano de la Ciudad de México para realizar pruebas en la Academia CONADE de Béisbol.
Durante los tres días de tryouts en la casa de los Diablos Rojos del México, se desarrollaron diversas evaluaciones en las que los jóvenes hidalguenses mostraron su destreza en el diamante.
Uno de los exponentes de esa entidad, Israel Ruiz Linares, cátcher de Tula, llegó convencido de dar su mayor esfuerzo y aprovechar la oportunidad que no hay en su lugar de origen.
“Conozco a muchos chavos que vienen de allá, pero yo le echo ganas por mi cuenta porque aunque saben de mí no me van a hacer el favor”, comentó Israel.
En el primer día, realizaron pruebas físicas generales, tales como flexibilidad, salto vertical y horizontal (Optojump), velocidad (Witty), lanzamiento y bateo.
Además se agrega la orientación de grandes figuras del “Rey de los Deportes”, como el ex bateador zurdo Karim García, el ex pitcher Ismael “Rocket” Valdez o el ex segunda base Edgar González.
El aspirante Rafael Alejandro Namorado, quien juega de segunda base, hizo el viaje desde el municipio de Atitalaquia, Hidalgo, motivado y confiado por el trabajo previo que ha realizado en su entidad, ya que el béisbol es su pasión y ve en la Academia CONADE una oportunidad que debe aprovecharse.
“La sensación de jugar en un campo profesional de la Liga Mexicana de Béisbol es una gran experiencia, le voy a los Diablos y estar en esta cancha me inspira para quedarme a jugar aquí”, expresó el jugador de categoría 2003-2004.
Durante el segundo día de evaluaciones de Academia, hubo pruebas específicas de acuerdo a las posiciones de cada pelotero y en el tercer día, los aspirantes demostraron su destreza en juegos de preparación; en total se realizaron 14 fases de visoria y clasificaron 150 jóvenes a esta etapa.
La novena fecha de la temporada de pruebas para Academia CONADE de béisbol, registró una asistencia de más de 800 niños y 100 entrenadores, por lo que la casa de los Diablos Rojos del México fue una fiesta en el diamante en donde la ilusión hidalguense estuvo presente.
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