Por: Vicente Flores Hernández
El bossón de Higgs es la pieza que faltaba por descubrir del Modelo Estándar de Física de Partículas, teoría que describe las partículas elementales y sus interacciones. Este modelo, comprobado por multitud de experimentos, no podía explicar el origen de la masa. Sin masa, el Universo sería un lugar muy diferente: si el electrón no tuviera masa, no habría átomos. Por lo tanto, no existiría la materia como la conocemos, no habría química, ni biología ni existiríamos nosotros mismos.
Recibe su nombre en honor a Peter Higgs quien junto con otros, propuso en 1964 el hoy llamado mecanismo de Higgs para explicar el origen de la masa de las partículas elementales -que son los constituyentes primordiales de la materia, mismas que no están constituidas por partículas tan pequeñas no se sabe si tengan estructura interna-.
El mecanismo de Higgs, es uno de los procedimientos para describir las interacciones débiles de rango corto mediante una teoría gauge – teoría atómica de campos- donde se llevan a cabo cambios locales sin destruir su invariancia.
La teoría propone que un llamado campo de energía Higgs existe en todo el universo. A medida que las partículas pasan a toda velocidad en este campo, interactúan y atraen a bosones de Higgs que se agrupan alrededor de las partículas en un número variable.
El bosón de Higgs también fue bautizada popularmente como la “partícula de Dios”, pues su existencia explica cómo la materia obtuvo masa tras el Big Bang.
A pesar de la distancia teórica, cuando Leon Lederman -premio Nobel de Física en 1988 por su trabajo sobre los neutrinos-, escribió un libro denominado “The Goddamn Particle: If the Universe is the Answer, What is the Question?” (“La Partícula Maldita: Si el Universo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?”), naciendo allí el nombre por el que el bosón de Higgs es popularmente conocido.
En el último año los científicos han buscado el bosón de Higgs al estrellar conjuntos de protones a alta velocidad en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) de 10,000 millones de dólares del Consejo Europeo de Investigación Nuclear, (CERN, por sus siglás en francés) en Ginebra, Suiza.
Casi todos los científicos creen que el Gran Colisionador de Hadrones o bien probará o refutará la existencia del bosón de Higgs de una vez por todas; por lo que si el LHC no lo encuentra, no existe, dicen los expertos.
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