Por: Eduardo Guerrero y Aldo Herrera
El legislador aseguró que al margen de la fuga del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, debe evitarse que este tipo de personajes sean de influencia para la niñez y la juventud mexicana, debido a que este sector de la sociedad está pasando de observadores a imitadores de la “narco-cultura”.
Lo anterior pone en evidencia el desgaste del tejido social y la crisis de valores que se vive en el país. Así se puede entender el malestar social observado, en frases, imágenes y caricaturas en redes sociales respecto a este lamentable caso.
“Es muy preocupante que la crítica social haya derivado en una suerte de creación de ídolos falsos por burlar al sistema penitenciario mexicano, por desafiar a las instituciones”, dijo el senador por Jalisco.
Martínez Martínez, también declaró que sólo basta con observar la programación en televisión abierta y por cable en México para encontrar diversas series y documentales que crean y recrean la llamada “narco-cultura”, donde se exalta la vida de capos del crimen, su poder económico y hasta su penetración en sociedad como algo cada vez más normal.
Expuso que de acuerdo a datos generados por el académico e investigador José M. Valenzuela, para los narcotraficantes no basta poseer los recursos, sino que es importante hacerlos visibles, pues ese es el camino que redime y justifica los riesgos. Por ello, el narco se rodea de atributos que dan cuenta de su “éxito social”: joyas, vehículos, aviones, ropa, casas-castillos y otros onerosos bienes.
Finalmente, lamentó que el narcotráfico ocupe en México no sólo la atención de los encargados de brindar seguridad, de actores políticos y económicos, sino también la atención y espacios de la sociedad civil, en expresiones culturales y musicales.
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