Por; Redacción/
Al menos tres personas han muerto en Harare, capital de Zimbabwe, luego de que el ejército reprimiera una protesta de simpatizantes de la oposición que denunciaban la existencia de un fraude en las elecciones del 30 de julio.
El Secretario General, António Guterres, expresó su preocupación por las denuncias de incidentes violentos tras los comicios, y además recordó a todas las partes los compromisos de paz y conducta asumidos de cara al proceso electoral, según una declaración divulgada por su portavoz Farhan Haq.
“Además, hace un llamamiento a los líderes políticos y concursantes electorales para que resuelvan cualquier disputa a través de medios pacíficos, el diálogo y de conformidad con la ley”, dice la declaración.
Pero a pesar de las voces que llaman a la mesura, se reportó que la policía acordonó el cuartel general del principal partido opositor de Zimbabwe y el ejército despejó las calles de la capital el jueves, un día después de que los manifestantes murieron baleados.
Las elecciones marcan un importante paso adelante en el desarrollo democrático de Zimbabwe, donde las elecciones se disputaron por primera vez en 38 años sin que apareciera el nombre de Robert Mugabe en la boleta.
Mugabe asumió la presidencia después de que el país se independizó del control de la minoría blanca en 1980.
La violencia postelectoral contrasta con el espíritu pacífico y democrático con que se celebraron las elecciones, tal y como destacó el Secretario General.
Se desconoce cuándo se publicarán los resultados luego de que la comisión electoral del país africano aplazara el anuncio hasta nuevo aviso.
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