• Es indispensable que se rediseñe el presupuesto de apoyo al campo, abandonar la visión asistencialista y dar paso de una vez por todas a una Política de Estado para el campo.

Por: Redacción/

El Presidente de la Central Campesina Independiente, José Amadeo Hernández Barajas, afirmó que en 2023 le toca al campo un mejor presupuesto ya que el Presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió al inicio de su sexenio a mejorar la atención del sector luego de contar con sus proyectos emblemáticos y, ya en este año, tendrá dos, el Aeropuerto “Felipe Ángeles” y la Refinería Dos Bocas.

Incluso, advirtió, vamos a convocar a irnos a la calle a decirle a la Cámara de Diputados que necesitamos presupuesto para el campo de México para vivir mejor, para solucionar problemas porque no solo es tenencia de la tierra sino también para producir los granos, lo alimentos de la mesa de cada uno de los mexicanos.

Los planteamientos que hace la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en los Pre-Criterios 2023 que entregó a la Cámara de Diputados propone un aumento en el presupuesto para Fertilizantes de 204.2 millones más, es decir se le asigna un presupuesto total de 5,404.2 millones de pesos, cuando el costo de estos insumos agrícolas han aumentado más de 150% y los fertilizantes los adquiere México de Rusia y Ucrania.

Otro programa que se le asigna un reducido aumento es  Producción para el Bienestar  con tan solo 550 millones más  para quedar en 14,556.7 millones de pesos.

Para la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano no le asignan presupuesto a conflictos agrarios, aun cuando existen en el medio rural.

Sin embargo, al programa que se privilegia es Sembrando Vida 31,078.3 millones de pesos un aumento de 1,174.4 millones de pesos a pesar de que ha mostrado un fracaso rotundo y un foco de corrupción.

“Es importante luchar desde allá, desde los ejidos, desde su comunidad pero sobre todo ir a la Cámara de Diputados a exigir un mejor presupuesto para el campo”, exclamó José Amadeo Hernández Barajas ante los asistentes a la clausura del LVIII Congreso Agrario Nacional llevado a cabo en las oficinas nacionales de la Central Campesina Independiente.

Es indispensable que se rediseñe el presupuesto de apoyo al campo, abandonar la visión asistencialista y dar paso de una vez por todas a una Política de Estado para el campo.

Nos pronunciamos por un cambio en las políticas públicas hacia las organizaciones sociales, que este año han sufrido un nuevo embate a través de nuevas reglas fiscales.

Pugnamos por una agenda campesina y social basada en los siguientes ejes:

Ordenamiento territorial, abatiendo el rezago agrario para dar seguridad u certeza jurídica en la tenencia de la tierra; hacer realidad los derechos de pueblos, ejidos y comunidades indígenas. Apoyar a la población rural y urbana popular para titular terrenos habitacionales.

Organización y capacitación de los productores para el desarrollo de capacidades humanas y productivas, la transferencia de nuevas tecnologías y la preservación de los saberes tradicionales.

Protección y restauración de los recursos naturales para aprovechar sustentablemente tierra, agua, bosques y biodiversidad en la producción agropecuaria y pesquera.

Construcción y mantenimiento de la infraestructura productiva del sector agropecuario y pesquero del país.

Recuperación del fomento productivo para apoyar a los pequeños productores, que les permita abatir los altos costos de producción, agregar valor a su producción y comercializar en condiciones equitativas.

Financiamiento de las actividades agropecuarias con condiciones especiales de tasas, plazos y garantías a los productores del sector social.

Programas sociales que garanticen el bienestar de la población rural y de las colonias populares en materia de salud, educación, cultura y recreación, deporte, nutrición, seguridad pública y seguridad social. Todo encaminado a erradicar pobreza, marginación y desigualdad.

Infraestructura para la dotación de servicios básicos de las comunidades rurales y colonias populares.

Reconocimiento a las organizaciones campesinas y contra la denostación e inhibición de la organización social.

Solidaridad campesina y fortalecimiento del movimiento campesino a través de la solidaridad y el reconocimiento mutuo.