Autor: Arnulfo Roque Huerta
Después del error y tras la revisión del examen para el ingreso a la educación media superior, tres mil seiscientos trece aspirantes lograron ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México; sin embargo muchos otros vieron frustrada su última oportunidad de ser parte de la matrícula de la Escuela Nacional Preparatoria o Colegio de Ciencias y Humanidades, del mismo modo miles de jóvenes más se vieron en la necesidad de ingresar a otra preparatoria aunque no fuera la que deseaban como primera opción.
Esta columna quiero dedicarla a todos los jóvenes estudiantes que se sienten un tanto inconformes por la institución en la cual estudiarán los siguientes tres años; para aquellos que sienten frustración por no lograr el objetivo y para quienes tienen cierta molestia o coraje porque se sienten rechazados de las escuelas que presentan mayor demanda.
Quiero decirles que nada está perdido, por el contrario tienen la oportunidad de seguir estudiando; por supuesto encontrarán grandes retos los cuales les harán crecer, madurar y entender que aunque las cosas no se den como esperamos, siempre se pueden aprovechar las circunstancias que nos tocaron vivir. Los invito a dejar los lamentos, las quejas y la autocompasión para levantarse, fortalecerse, esforzarse y luchar por el propósito inicial, el cual deben mantener intacto pues el objetivo de estudiar continúa.
Es momento de demostrar que tienen todas las habilidades y competencias para ser llamados estudiantes; es tiempo de estudiar y exigir a los profesores que den lo mejor de ellos, instruyéndolos como ustedes merecen, de aprovechar el tiempo al máximo, de enfocarse y re direccionar el GPS de su vida. Deben entender que un buen alumno se forja en la escuela que sea, y al final el que quiere aprender lo hace en cualquier plantel y el que solo quiere perder el tiempo lo hará aunque se encuentre en la “mejor escuela”.
Estoy seguro de que todo chico independientemente de la carrera de su elección debe ser un arquitecto. Sí, así es… el arquitecto de su propia vida y para ello tienen que diseñar un plano único y diferente, específico y con todas las descripciones para ser construido en el terreno que se le ha asignado, aprovechando los espacios y las condiciones; de hacerlo así podrá edificar en el lugar que sea, con la capacidad de no quedarse en un impecable plano sino que se logre justo como se planeó.
Enseguida viene lo más importante, poner cimientos; un arquitecto sabe que entre más grande se quiera la construcción, más profundos y seguros deben ser los cimientos. El joven tendrá que vislumbrar la altura de su edificación para poner especial cuidado en las bases requeridas para conseguir el fin último; necesita poner especial cuidado en ello pues si el cimiento no es el correcto la construcción caerá invariablemente por lo que todo el esfuerzo y años dedicados se reducirán a polvo y escombros; por tanto es vital tener cimientos correctos.
Aseguradas ya la bases el arquitecto se cerciora de que cada piedra, cada ladrillo sea colocado donde corresponde, cuida cada detalle, no deja que nada se salga de lo planeado; si hay algún material defectuoso lo saca y de ser posible lo destruye pues ni por error puede llegar a formar parte de la construcción. Así mismo la juventud tiene que actuar, poner cada piedra de su edificación en el lugar correspondiente y desechar lo inservible, pero no solo deshacerse de ello sino destruirlo para que no haya posibilidad alguna de equivocar la buena piedra que da fuerza a la obra, con la que podría debilitarse y caer.
Para finalizar vienen los acabados que le darán forma al trabajo de tanto tiempo siendo aquí donde el arquitecto da forma, decora, perfecciona y concluye su obra a su gusto y lo hace porque lo merece, pues se ha ganado el placer de hacer de su obra cuanto quiera, para después descansar y regocijarse de su logro pudiendo ver su proyecto concluido.
Joven tú eres el arquitecto de tu vida, cuida los detalles, esfuérzate, nunca desistas y jamás dejes la obra inconclusa; les deseo éxito en la construcción de su plano y proyecto de vida.
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