Por: Diego Durán
Hace 38 años el Voyager 1, en su viaje espacial, se aproximó al planeta Jupiter. El 5 de marzo de 1979 las sondas espaciales Voyager 1 y Voyager 2 pudieron captar casi 33 000 fotgrafías del planeta exterior junto a sus cinco satelites principales. El vistazo a Jupiter concluyó en agosto de ese mismo año con Voyager 2.
En 1977, las sondas espaciales Voyager 1 y Voyager 2, despegaron desde Cabo Cañaberal el 5 de septiembre y el 20 de agosto respectivamente. A partir del lanzamiento del Voyager 1, se contemplaron 5 años para que los Voyager de la NASA (por sus siglas en ingles, National Aeronautics and Space Administration) cumplieran su misión: viajar a los confines del espacio exterior.
Codificación del mensaje
Según la NASA, 9 meses antes del despegue de los Voyager, se le pidió al astrónomo Carl Sagan que preparara “algún mensaje para una posible civilización extraterrestre”. El radioastrónomo Frank Drake sugirió un disco fonográfico de cobre, cubierto de oro y con marcas, esta “tecnología de la vieja escuela” tendría buenas posibilidades de ser descifrada.
Con el material y la tecnología resistente a las condiciones adversas del espacio, el disco dorado giraría a 16 2/3 revoluciones por minuto y reprodujera: una selección de la mejor música de la Tierra, una galería de fotos de nuestro planeta, un ensayo sobre sonidos terrestres, tanto naturales como tecnológicos.
Murmullos de la tierra
Al disco de oro, también se le llamó “Murmullos de la tierra”. Contiene las música de todo el mundo, las canciones son las más representativas de cada país. Entre la música occidental, se escogieron la 5ta. Sinfonía de Beethoven y Johnny B. Goode, de Chuck Berry.
Sagan acudió a los departamentos de lenguas extranjeros de la Universidad de Cornell para grabar un conjunto de saludos cortos. Se inició en lengua sumerio por ser la lengua más antigua conocida y se terminó con el saludo de un niño estadounidense de cinco años: “Saludos de parte de los niños del planeta Tierra”.
Los Voyager partieron a su aventura con 118 fotografías, 90 minutos de música, saludos en 55 lenguas humanas y un lenguaje de ballenas. Se incluyó un ensayo con soporte de audio que reproducían pozos de lodo burbujeantes y perros ladrando.
Un cálido mensaje
Los últimos elementos en ser anexados fueron: el estruendoso despegue de un cohete Saturno V, el saludo del Secretario General de las Naciones Unidas y las ondas cerebrales de Ann Druyan, una joven enamorada que colaboró en el equipo de Sagan.
“Me surgió esta idea”, recuerdó Druyan en entrevista con la página oficial de la NASA , “de que pusiéramos el electroencefalograma (EEG) de alguien en el disco. Los patrones de los EEG registran algunos cambios en el pensamiento.
Ann Druyan preparó una guía de pensamientos sobre cultura, arte e historia. Dos antes habló con Sagan sobre el amor que se tenía el uno hacia el otro, por lo tanto, el 3 de junio de 1977, la grabación registró el cambio romántico en los patrones de Druyan.
Llegamos al espacio interestelar
Después de 40 años, la percepción del tiempo-espacio que los 5 años límite sugerían, fue transgredida por los 19 000 millones de kilómetros que el Voyager 1 se alejó de nuestro Sistema Solar. Voyager 2 no ha podido salir del Sistema Solar por recorrer una ruta más lenta.
Nuevos datos sobre el plasma sugieren un rango de tiempo que coincide con cambios duraderos en la densidad de las partículas energéticas, detectadas por el 25 de agosto de 2012.
El equipo de Voyager en la NASA, confirma esta fecha como el día en el que llegamos al espacio interestelar. Los cambios detectados en las partículas cargadas así como en el plasma fueron los que se hubieran esperado durante un cruce de la heliopausa: punto que señala el límite de la heliosfera, donde el viento solar se une al viento estelar.
Con estos nuevos resultados, los Voyager 1 y 2 mantienen vigente su misión, pues los Pioneer 10 y 11 sólo viajaron en el Sistema Solar. El 22 de febrero del 2003, 30 años después de su lanzamiento el 2 de marzo de 1972, el Pioner 10 emitió su última señal.
Actualmente se aspira a seguir rastreando a Voyager 1 hasta el 2020. El mensaje sigue viajando en algún lugar del espacio interestelar y en él descansa el objetivo por el cual los Voyager fueron creados.
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