- La sociedad tiene que transformarse y abandonar el estigma de la normalidad basada en un prototipo de ser humano, que deja fuera de la vida social a amplios núcleos de la sociedad.
Por: Redacción/
La vinculación entre universidad y organizaciones de la sociedad civil para impulsar la inclusión de las personas con discapacidad mejorará la transformación excluyente que prevalece en el entorno, opinaron participantes del Foro La universidad ante la inclusión de las personas con discapacidad, convocado por las universidades Autónoma Metropolitana (UAM) e Iberoamericana (UIA).
Desde el colectivo artístico La Ventana Arte Incluyente “abogamos por un cambio radical que rompa con la otredad que excluye y segrega, que nos hable de la estética de todos los cuerpos, de las experiencias culturales de quienes han creado otras alternativas de arte y comunicación y que eduque nuestra mirada a la diversidad del ser humano, de tal forma que el otro sea parte de nuestro paisaje social cotidiano”, afirmó el maestro Andrés Moctezuma Barragán.
Al participar en la Mesa 1. Organizaciones de la sociedad civil y vinculación con las universidades, el artista y académico, adscrito al Departamento de Artes y Humanidades de la Unidad Lerma, señaló que el proyecto, desde su creación en 2014, ha promovido una serie de propuestas para incidir en la actividad y programación cultural destinada sobre todo al alumnado, con la idea de romper “este gran muro que ideológicamente nos separa”.
En este sentido, el gran reto es derribarlo mediante la participación de alumnas y alumnos sin discapacidad. Así, en espacios como éste “las instituciones convocantes estamos dando un gran paso que supone también una gran responsabilidad institucional y no podemos generar una expectativa que finalmente no se cumpla, tenemos que hacer un esfuerzo, al menos al interior de la UAM, para vincular aquellas actividades y proyectos con toda la comunidad”.
El desafío es que la universidad esté representada en el Observatorio para la Inclusión de las Personas con Discapacidad (Obindi), lo que implica, además, que organizaciones de la sociedad civil –como las ahora convocadas– “nos tiren línea” sobre su experiencia para que los trabajos conjuntos con la Universidad Iberoamericana mantengan un proceso de evolución constante.
La lucha por hacer de la UAM un espacio inclusivo es grande, “con tareas quizá obvias para el corto plazo, pero también con otras que por su complejidad y la falta de diagnóstico y metodologías precisan de un mayor análisis, así como del diseño de estrategias que hagan realidad lo que no puede seguir quedando como un enunciado retórico en la legislación”.
En un contexto global, la sociedad tiene que transformarse y abandonar el estigma de la normalidad basada en un prototipo de ser humano, que deja fuera de la vida social a amplios núcleos de la sociedad que no cumplen con los requisitos de la normalidad impuesta.
Entonces, “desde la Ventana Arte Incluyente nos interesa acabar con la invisibilidad que priva en torno a las personas con discapacidad, una población en el país casi tan numerosa como toda la que habita en la Ciudad de México y que, de acuerdo con los datos que arroja el Observatorio, dos de cada diez hogares tienen algún miembro con discapacidad, algunos de los cuales vemos en la calle porque hemos edificado una vida social llena de obstáculos y barreras físicas”.
El ingeniero Santiago Velázquez Duarte, presidente de Vida Independiente México, confió en que el Observatorio aporte resultados y no se quede en algo teórico, porque el tema de la inclusión es dar vida “y es el camino correcto para mejorar la de muchos mexicanos, al tiempo que reconoció el trabajo de la UAM y la UIA por focalizarse en los siete millones de personas con alguna discapacidad cuantificados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
“Las organizaciones civiles nos comprometemos con estas dos instituciones para ver a un mayor número de personas con limitaciones motrices, visuales, intelectuales también en los espacios universitarios, porque se trata de verdaderos guerreros y guerreras que nos invitan a no esperar a que esté el piso parejo para comenzar a salir de sus casas”.
La maestra Estefanía Cervantes Cisneros, fundadora de Ampuvalia, A.C., aplaudió el sentido humanista y la sensibilidad que hay en diversas universidades como en la Iberoamericana donde ella estudio luego de perder su pierna en un accidente a los 18 años de edad.
También resaltó la importancia de trabajar de manera conjunta –organizaciones sociales y universidades– para dar voz a las personas con alguna discapacidad, pues sólo así es posible darse cuenta de los accesos –rampas o elevadores– con los que cuentan las instituciones para albergar a personas que presentan alguna limitación. “Tenemos que levantar la voz y prepararnos para el cambio”.
La licenciada Laura Bermejo Medina, directora de la asociación civil Libre Acceso, reconoció que la alianza entre universidades y organizaciones sociales sobre el tema responde al cúmulo de luchas que durante años han dado las familias para exigir la inclusión en escuelas y en otros los espacios y otorgar un suelo parejo para todas y todos.
La Mesa 1. Organizaciones de la sociedad civil y vinculación con las universidades del Foro La universidad ante la inclusión de las personas con discapacidad fue moderada por el doctor Carlos Omar López López, investigador del Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología de la UIA.
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