Por: Karina Peralta Garrido
Hace algunos años el político, líder social, ingeniero e inventor, Heberto Castillo, planteó ante el Senado de la República la posibilidad de construir un sistema de ventiladores gigantescos en las partes altas de la Ciudad de México, para hacer circular el aire en el Valle Metropolitano y, con esto, ayudar a disminuir el problema ambiental de esa zona.
En estos días se ha hablado mucho acerca de los altos niveles de contaminación ambiental y de las consecuencias que esto acarrea. Pero esto no es algo nuevo, es más, desde finales de la década de los sesenta es un tema recurrente entre las muchas problemáticas que se padecen en México. A pesar de lo anterior, son pocos los que se han tomado en serio esta situación y que han hecho propuestas innovadoras para contrarrestar los efectos del mismo.
Entre esos hombres se encuentra Heberto Castillo Martínez, un personaje brillante que, según lo explicado por René Ramírez Molina en su texto “Si don Heberto Castillo viviera”, aprendió a escribir y leer, sin ayuda de nadie, a la corta edad de cinco años. Otro dato curioso, es que inició sus labores como catedrático en la Escuela Nacional de Ingenieros (UNAM) sin haber terminado de estudiar la carrera de Ingeniería Civil. Su obra ha contribuido a desarrollar conceptos de cálculo estructural y sus libros se han utilizado como texto básico en universidades extranjeras.
A pesar de su prestigio en el mundo intelectual, la propuesta seria de los ventiladores gigantes resultó bastante polémica; la sola idea resultaba descabellada para algunos incluso después de que la Universidad de Pensilvania aceptara que el proyecto era viable.
Con todo esto, en la década de los noventa, específicamente en diciembre de 1997, la construcción del sistema de ventiladores ya se encontraba “en fase experimental”, según se puede leer en algunas notas de la época.
“En estos momentos ya estamos apoyando algunos proyectos de Castillo en el parque ecológico de Xochimilco, donde ya se instalaron las primeras antenas de ionización del aire para provocar corrientes que limpien el ambiente de la ciudad” afirmó a los medios el, en ese entonces secretario de Medio Ambiente capitalino, Alejandro Encinas.
Poco tiempo después, la idea se descartó cuando se comprobó que sería necesario quemar petróleo para conseguir que los ventiladores funcionaran, lo que haría que el ambiente se contaminara incluso más. Hoy en día, especialistas como Omar Guillén Solís, quien es colaborador en el Instituto de Investigaciones Eléctricas como investigador en energía renovable, retoman la idea ya no como una solución para expulsar los contaminantes, sino como una alternativa para generar energía que sea amable con el medio ambiente y que, a la vez, pueda dotar de electricidad a gran escala: un parque eólico.
Mientras proyectos como el anterior no se concretan, la Comisión Ambiental de la Megalópolis, está tomando algunas medidas para tratar de contrarrestar los altos niveles de contaminación que se han registrado estos días en el Valle de México. Sobre éstas, Enrique Peña Nieto comentó: “son difíciles, pero necesarias”.
A su vez, el descontento no hace más que crecer entre la población que ha sufrido con el programa “Hoy no circula”. Entre las consecuencias negativas de éste, se ha reclamado que el transporte público es insuficiente por lo que hay retardos o ausentismo tanto en escuelas como en el ámbito laboral.
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