Por. Redacción/
La violencia de género “se ha constituido en parte por nuestros usos y costumbres, y lo más grave es que a muchas mujeres les ha costado la vida”, sostuvo la periodista Fernanda Tapia durante la plática El fin justifica los miedos, que ofreció en la 9a. Feria del Libro Universitario de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Todo se reduce a expresiones como “puedo hacer lo que quiera contigo, porque yo te vi, yo te deseé y te hice mía” o “como estás para ser por y para todos y para servirme, si no lo vales, te uso, te mato y te tiro, porque eres una cosa de mi propiedad”, dijo la conductora del programa Diálogos en confianza, que transmite todas las mañanas Canal 11.
El sistema desigual y discriminador vigente ha provocado que mujeres y grupos vulnerables, que muchas veces son criminalizados, sean invisibles e indiferentes para la autoridad.
Frente a un régimen que asigna a cada género cierto tipo de roles, se preguntó dónde queda el varón, a quien se le ha determinado el papel de proteger a la familia y proveer la casa, aunque “la sociedad lo deje sin trabajo y sin dinero”.
Ahora todo eso es también función de la población femenina, pero ¿qué pasa con aquellos a quienes se les ha enseñado que son más fuertes, necesitan más sexo, pueden conquistar a más personas y ejercer el libertinaje, además de que son más estables, no lloran y deben aprender a ser “hombres”?
El pavor y el miedo provocan violencia y ante su normalización es necesario entender qué pasa con este fenómeno social, por lo que fue creado el violentómetro en el Instituto Politécnico Nacional que consiste en visualizar manifestaciones de este tipo ocultas en la vida cotidiana.
En ese material son establecidas 30 manifestaciones, desde las más sutiles: bromas hirientes, mentir, celar, culpabilizar, empujar, golpear y amenazar, hasta las extremas: violar y asesinar. Una vez que “vemos que algo así pasa con alguien muy cercano creemos que la violencia sucede”, señaló la autora de Mis bestias consentidas, de reciente publicación.
En América Latina se calcula que hay 12 feminicidios diarios, siete de ellos en México, pero “la cifra es mucho más alta”, porque para calificarlo como tal hay una serie de reglas, pero básicamente es porque “eres mujer y por la forma en que te desecho”.
La Premio Nacional de Periodismo junto con el equipo deDiálogos en confianza enfatizó la necesidad de concientizar la violencia de género, porque “estamos perpetuando esta pendejada con nuestras frases y nuestras actitudes: véanse violentos en su familia”, porque al que peor le va es al que está abajo.
Tapia consideró que debe promoverse desde la infancia la educación en torno al abuso y el hostigamiento, así como en género y equidad, además de ejercer una sexualidad informada y de buen trato sexual, palabra que a diferencia de maltrato no está en el diccionario.
También propuso, tanto para el ámbito laboral como el académico, cuestionar procedimientos institucionales si son injustos y fomentar la prevención, la denuncia y el apoyo a víctimas, y “hay que aprender a ser empáticos, que no es sentir lástima, sino el dolor del otro”.
La periodista concluyó su conferencia pidiendo a las mujeres “libérense, no tenemos que aguantar los golpes ni reproducir la violencia, eso ya fue; hagamos una cultura de la vida, rompamos ese manual respecto de los roles, porque sólo ha servido para rompernos la madre”.
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