Por: Redacción
La presidenta de la Comisión Especial de Salud Mental y Drogas, diputada Leticia Amparano Gámez (PAN), propuso exhortar al Ejecutivo federal y a las entidades federativas, para que, en coordinación con la Comisión Nacional Contra las Adicciones (Conadic), lleven a cabo de manera urgente medidas para la prevención, reducción y tratamiento de los problemas de salud pública causados por las adicciones en menores de edad.
Precisó que el consumo de drogas, alcohol y tabaco, sobre todo cuando se presenta en edades tempranas, se asocia con el pobre rendimiento y el fracaso escolar, el desarrollo de trastornos emocionales y de la conducta alimentaria; hechos de violencia como el acoso escolar, experiencias de abuso sexual y embarazo, así como intento suicida y problemas de comportamiento y actos antisociales, entre otros.
En un punto de acuerdo que presentó en la Permanente y que analiza la Segunda Comisión, expresó que la Encuesta Nacional sobre las Adicciones (ENA 2011) presenta cifras preocupantes que muestran que el consumo de las drogas ilícitas continua en ascenso, mientras que el uso y abuso de las llamadas “drogas lícitas”, como el alcohol y el tabaco, no sólo creció, sino que se reduce la edad de inicio en el consumo y adicción a las mismas.
Precisó que el consumo de alcohol en menores, revela que casi la mitad de quienes tienen entre 15 y 19 años lo ha consumido alguna vez en su vida; hecho realmente preocupante porque, de acuerdo con la ley, ningún establecimiento tiene permitido vender bebidas con alcohol o cigarros a menores de edad.
Amparano Gámez relató que en la población adolescente, se encontró que la ingesta aumentó significativamente, no solo en el número de jóvenes que se iniciaron en el consumo, sino entre los que lo hacen con frecuencia.
Los datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas en Estudiantes (ENCODE) muestran que, entre los estudiantes de secundaria y bachillerato, 7.6 por ciento de los varones y 5.8 de las mujeres consumen drogas ilícitas con frecuencia, es decir, en los últimos 30 días; mientras, los que han consumido alguna droga alguna vez en la vida, alcanzan 18.6 por ciento en hombres y 15.9 por ciento en mujeres.
Además, se registra el consumo entre niños de 11 y 12 años que cursan el 5º y 6º grado de primaria, entre quienes poco más de tres de cada cien están consumiendo alguna droga. Al menos 5.5 de los estudiantes de secundaria y bachillerato, requieren de un apoyo terapéutico y el 1.3 por ciento un tratamiento más especializado, principalmente los varones (7.7 por ciento), en comparación con las mujeres (5.9 por ciento). Uno de cada 10 estudiantes de bachillerato necesita ayuda, indicó.
La legisladora destacó que los datos epidemiológicos no sólo muestran un notable crecimiento en las cifras de consumo, también en la afectación que tiene en la salud física y mental, en la dinámica familiar y en la sociedad. “Este impacto afecta especialmente a los menores de edad, ya que es mayor el número de infantes que consumen a edades cada vez más tempranas”.
Se estima que el aumento en las cifras de consumo se mantendrá como resultado de la aceptación social que, de manera creciente, están teniendo los menores hacia las drogas, pues “cada vez disminuye la percepción de riesgo que tienen hacia éstas”. Por ejemplo, hacia la mariguana 30 por ciento de los menores considera que no es peligroso su consumo.
El Sistema de Vigilancia Epidemiológica en Adicciones del país muestra la relación que tiene el consumo con actos antisociales, especialmente en menores de edad. En las instancias de justicia que atienden a menores en conflicto con la ley, se registra que el 24.3 por ciento de ellos cometió un delito bajo la influencia de alguna sustancia. El robo fue el ilícito más cometido.
La diputada panista mencionó que los grupos de ayuda mutua y los centros especializados de tratamiento reportan un incremento en la demanda de atención para menores con problemas de consumo, incluso desde los 10 años, y no reciben atención porque los servicios disponibles están diseñados para atender a personas de mayor edad.
“No se dispone de modelos ni espacios para el tratamiento, en régimen de internamiento, y los centros especializados para la atención de menores con problemas de consumo son prácticamente inexistentes”, añadió.
Por ello, planteó implementar políticas públicas, a fin de reforzar la detección y tratamiento en menores de edad, así como los programas de prevención de adicciones, para evitar que los menores inicien el consumo de drogas legales como tabaco y alcohol e ilegales, y fortalecer las capacidades de la Federación y de los estados para atender al número creciente de menores de edad.
Consideró vital trabajar en un andamiaje estructural y planes pilotos a nivel federal, para controlar y prevenir las adicciones en los niños y jóvenes, el cual considere fortalecer las medidas de vigilancia epidemiológica de las adicciones, para determinar el impacto del problema en menores de edad, a través del Observatorio Mexicanos en Alcohol Tabaco y Otras Drogas (OMEXTAD).
También se destine un porcentaje de las camas en los centros gubernamentales de tratamiento de adicciones para atender a menores con problemas de adicciones y se otorguen recursos para apoyar a los centros con modalidad residencial.
De igual modo, que las instituciones gubernamentales fortalezcan sus modelos y herramientas terapéuticas para la atención de los menores con problemas de adicciones y sus familias, y se vigoricen los acuerdos de coordinación entre el sector salud y las instituciones de justicia que atienden a menores en conflicto con la ley con problemas de adicciones para fortalecer las acciones de tratamiento.
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