Por: Redacción/
El gobierno de México debe promover, con urgencia, un programa de inversión pública sistemático y relevante para contender con la crisis que el país enfrentaba –aun antes de la contingencia sanitaria por el virus SARS-CoV-2– y la cual no puede limitarse a los grandes proyectos emblemáticos del sexenio, sino involucrar los sectores de salud y educación, entre otros, declararon los doctores Arturo Guillén Romo y Gregorio Vidal Bonifaz, investigadores de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Al abordar el tema –en el programa UAM, responsabilidad social frente al COVID 19, transmitido por la radiodifusora de la Casa abierta al tiempo– Vidal Bonifaz propuso destinar recursos económicos para contar con espacios, no de carácter emergente, sino que cubran las necesidades de servicio médico de la población.
En materia educativa es prioritario resolver los requerimientos de interconexión digital en todo el país, pues se ha revelado que el acceso a Internet es imprescindible y debe haber señales claras de transformación de la economía nacional para lograr el crecimiento sostenido, sin el cual no será posible mejorar las condiciones de base de la mayoría de los mexicanos.
Esto significa abandonar las ideas de que las finanzas deben estar en equilibrio y que el déficit público es negativo, ya que muchas administraciones que crecieron a lo largo del siglo XX lo hicieron con déficit, “no grande, sino controlable y vinculado a gastos eficaces del gobierno, sin dispendio ni lujos, pero sí con un uso que estimule la inversión, donde está la carencia principal en adelante.
Guillén Romo señaló que el nivel de incertidumbre en el mundo no puede compararse con etapa alguna de la historia, incluido el periodo 2008-2009, ya que el impacto actual ha sido mucho más profundo y depende del curso de la pandemia, que no vislumbra una solución para el corto plazo, porque no hay una vacuna ni un tratamiento eficaz.
En el caso de México, basta ver el informe del Fondo Monetario Internacional para darse cuenta de que en 2020 no llegará la recuperación en forma de “V”, como señaló hace unas semanas la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, aun cuando desde el punto de vista político y simbólico es correcta la idea del presidente, Andrés Manuel López Obrador, de seguir luchando contra la corrupción y procurar la austeridad republicana, pero desde el ámbito económico “es insuficiente, porque necesitamos gastar”.
Sin embargo estima que el mandatario es consciente de que la intervención del Estado en la economía debe ser más fuerte, sobre todo en una situación en la que el gran empresariado nacional “prácticamente ha estado votando por no invertir” y, además de una mayor participación, el Estado requerirá mayores recursos que los que se pueden obtener a través de medidas “muy loables” como evitar que haya diferimiento de impuestos, cancelación de pagos o la acción de factureras.
El Estado tendrá que gastar más que eso y la única manera es empezar a hacerlo a partir de un programa de inversión pública muy bien organizado, que implique la posibilidad de trabajar con equilibrio fiscal, porque el déficit se va a dar, “sólo por la necesidad de enfrentar la contingencia”.
Guillén Romo subrayó la importancia de pensar “una Cuarta Transformación que reoriente la economía en una dirección distinta a la neoliberal, enfocándola hacia el desarrollo del mercado interno y la instalación de cadenas productivas, en un proceso en el que el Estado, junto con el capital privado, despliegue un esquema intenso de inversión, único elemento que permitirá elevar el empleo y que los salarios de los trabajadores sigan cayendo”.
Los investigadores del Departamento de Economía destacaron que ha prevalecido la tesis de que la pandemia arruinó las finanzas nacionales que estaban bien y que venía una recuperación importante de las grandes potencias, pero –sin negar los efectos de la crisis sanitaria en el mundo– está claro que ya había un estancamiento por problemas estructurales del capitalismo que estaban presentes antes del COVID-19.
Los países industrializados y otros de América Latina llevaban años con índices de crecimiento muy débiles y profunda desigualdad, por lo que el coronavirus aceleró esto y desnudó realidades dramáticas que revelan las carencias que han acompañado la vida en amplios segmentos sociales desde hace largo tiempo.
En todo el orbe, los sistemas de salud mostraron sus insuficiencias para atender la emergencia y esto resultó del abandono por décadas de inversiones pertinentes y de la búsqueda de mecanismos de mercado como única salida.
El programa UAM, Responsabilidad social frente al COVID-19 es transmitido todos los miércoles, a las 12:00 horas, por UAM Radio 94.1 FM; en esta edición, el tema fue Impactos económicos por la pandemia en México.
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