Por: Redacción/
Los sismos de septiembre de 2017 afectaron de manera importante el patrimonio cultural de México, específicamente monumentos históricos de gran valor cultural, algunos de ellos considerados Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Ante esta situación, un grupo de universitarios, encabezado por Elsa Arroyo Lemus, del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, llevó a cabo un proyecto para evaluar el daño de 14 conjuntos conventuales ubicados alrededor de las faldas del Popocatépetl.
“Comenzamos un mes después de la emergencia y nos dimos cuenta que los daños habían sido severos en la mayoría de los inmuebles; en algunos, el deterioro incluía a las decoraciones murales, creadas en el siglo XVI, que son ejemplo único y representativo del arte mexicano de la época”, destacó.
En las primeras visitas, relató la universitaria, hicimos un registro fotográfico y levantamiento de datos. En esta fase participaron especialistas de las facultades de Arquitectura, de Filosofía y Letras y nosotros, del Instituto de Investigaciones Estéticas.
Tras las brigadas iniciales de inspección, el equipo de la UNAM decidió enfocar sus esfuerzos a una iniciativa de investigación, registro pormenorizado y rescate de los fragmentos desprendidos de la pintura mural, dentro de 10 conjuntos conventuales catalogados como sitios en riesgo; seis de ellos pertenecientes a la ruta del volcán.
En orden de prioridad son: San Juan Bautista, Tlayacapan; San Guillermo, Totolapan; Santo Domingo de Guzmán, Oaxtepec; Inmaculada Concepción, Zacualpan de Amilpas; Santiago Apóstol, Ocuituco; San Matías Apóstol, Atlatlauhcan; Santiago Matamoros, Huaquechula; San Agustín, Jonacantepec, San Francisco, Tlalquiltenango; y Asunción de Nuestra Señora, Yautepec.
Al conocer las afectaciones, prosiguió, “nos pusimos de acuerdo con las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia, a través de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural y del Centro INAH Morelos, para llevar a cabo el “Proyecto de rescate de la pintura mural en los conjuntos conventuales de la ruta de los volcanes”.
Así, se definió qué conventos del siglo XVI (considerados Patrimonio Mundial e identificados como sitios en riesgo luego del sismo del 19 de septiembre) serían atendidos para registrar, catalogar, resguardar, almacenar e investigar su pintura mural colapsada y fragmentada.
Comenzaron su labor en los dos más dañados: el templo de San Juan Bautista Tlayacapan y el convento de San Guillermo Totolapan. En cinco temporadas de trabajo de campo participaron alumnos voluntarios de licenciatura, especialización y posgrado de la UNAM, de las áreas de historia, arquitectura, artes visuales e historia del arte. En la última fase colaboraron estudiantes de la licenciatura en Historia del Arte de la ENES Morelia.
“Partimos de una revisión de cómo estaban los monumentos antes del sismo; rastreamos noticias sobre cómo se han dañado a lo largo del siglo XX e hicimos un dictamen del estado de conservación”, comentó Arroyo Lemus.
En campo, ya concluyeron la primera etapa, que consistió en almacenar la pintura y registrar los ‘rompecabezas’ y conjuntos de pintura mural armados, y ubicar de manera precisa el área de desprendimiento. Además, reunieron un acervo de imágenes y documentos que permitirán continuar con los estudios en gabinete.
Además, como producto de esta tarea presentaron para su publicación tres artículos, e imparten el seminario “Patrimonio y sismos”, en el posgrado de Historia del Arte de la UNAM. De igual manera, tienen un programa de servicio social en donde incorporaron a alumnos de la Escuela Nacional Trabajo Social y de la carrera de Historia, con quienes construyen una plataforma digital con fotografías, documentos y notas publicadas por los medios de comunicación.
“Esta investigación fue gratificante, porque rescatamos fragmentos de la pintura mural del siglo XVI, y con ello apoyamos en la conservación del patrimonio nacional. Además, se han combinado labores de docencia e investigación para el conocimiento de la historia, las técnicas de manufactura, de historiografía y recuperación de materiales en archivos, fundamentales para entender el daño al patrimonio con miras a su restauración, y profundizar en el conocimiento de la historia cultural y artística de la región”.
El acceso a la plataforma digital con la información fotográfica y documental reunida y gestionada ya fue compartido con instituciones encargadas de la conservación, para contribuir a los procesos subsecuentes.
“Contar con fotografías históricas ayudará a tomar decisiones sobre la restauración o intervención directa del patrimonio, y para determinar qué se conserva y qué se elimina de la historia de estos monumentos, pues muchos elementos, aunque se reconstruyan, jamás serán lo que eran antes”, subrayó.
Finalmente, Arroyo Lemus mencionó que pretenden publicar el protocolo que llevaron a cabo, como un manual de acción en caso de emergencia, dirigido a especialistas, a la sociedad civil organizada y a otros agentes involucrados con el dictamen, salvaguarda y rescate del patrimonio cultural.
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