- Según datos oficiales en nuestro país hay más de siete millones de personas con alguna discapacidad, lo cual nos llama a poner mayor atención y abrir nuestro horizonte: Espínola Frausto.
Por: Redacción/
Las instituciones de educación superior son actores sociales fundamentales en las tareas de brindar mejores condiciones de accesibilidad y permanencia en ese nivel educativo, aseguró el doctor Eduardo Peñalosa Castro, rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al inaugurar el Foro-Diplomado Accesibilidad universitaria para personas con diversidad funcional, que se lleva a cabo desde el 14 de octubre y hasta el 18 de noviembre en sesiones virtuales.
En la Casa abierta al tiempo se han detonado procesos académicos y de gestión en cada una de sus cinco unidades con la intención de asegurar el acceso y la permanencia plena de todas y todos a la Institución, mediante la formalización de iniciativas transversales a las funciones sustantivas, al ser sesionadas por los órganos colegiados.
“En términos de infraestructura, las tres sedes originarias de la UAM –Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco– llevan cerca de 25 años readecuando sus espacios docentes y de servicios incluyendo aulas, laboratorios, comedores, sanitarios y estacionamientos para que sean accesibles a personas con distintos tipos de discapacidad; las unidades más nuevas, Cuajimalpa y Lerma, también consideran esta perspectiva y se incorporan a las normas vigentes de construcción, seguridad estructural, protección civil y, desde luego, accesibilidad”.
Además, se han establecido protocolos y códigos de ética para prevenir la violencia de género, así como la promoción de conductas de respeto, tolerancia e inclusión que procuran la eliminación de estereotipos y prejuicios en torno a creencias religiosas, origen étnico, nacionalidad, preferencias sexuales y diversidad funcional.
“La UAM es autocrítica y reconoce sus carencias normativas en temas que no pueden obviarse, consecuentemente sus órganos colegiados son receptivos a las inquietudes de la comunidad en su conjunto”, por lo que la cuestión sustantiva de asegurar las condiciones y oportunidades de participación, consulta e incidencia de las personas con discapacidad para definir políticas específicas ha sido abordada desde la academia con implicación directa en la gestión.
El doctor Peñalosa Castro recordó que el trabajo en la Jornada Universidad Accesible 2019 –que contó con la participación de 35 coordinadores de licenciatura de los cinco campus de la UAM, así como especialistas de otras instituciones y representantes de organizaciones de la sociedad civil– derivó en la iniciativa Políticas operativas para la inclusión y accesibilidad de personas con discapacidad, que está en análisis en el Consejo Académico de la Unidad Xochimilco.
“Tengo la confianza de que en el mediano plazo dicho ejercicio se replique en el resto de nuestras sedes y que se proponga una normativa general para la Casa abierta al tiempo”.
El doctor Fernando de León González, rector de la Unidad Xochimilco, aseguró que México merece centros de enseñanza que vayan más allá de la cuantificación de los productos docentes y de la expectativa de recibir algún beneficio económico a partir de éstos.
Las instituciones de educación superior mexicanas “tienen que dar el ejemplo, somos un país con múltiples necesidades en todos los ámbitos y este Diplomado impulsado por el Programa de Universidad Accesible encaja muy bien en la perspectiva de las garantías humanas”.
La doctora Guadalupe Huacuz Elías, titular de la Defensoría de los Derechos Universitarios, señaló que como parte de un diagnóstico de la dependencia para conocer los límites y las posibilidades institucionales, surgió la propuesta de promover un censo de personas con discapacidad para estar al tanto de sus necesidades al interior de esta casa de estudios, además de impulsar vinculaciones interseccionales con el fin de ligar el tema de la discapacidad con cuestiones de género, diversidad sexual e identidades étnicas.
“Desde la Defensoría podrían generarse la vinculación y las estrategias de diálogo en materia de derechos humanos, por lo que esperamos seguir colaborando en todas las acciones que se lleven a cabo”.
Los maestros Jorge Rouquette Alvarado, Dolly Espínola Frausto y María Elena Contreras Garfias, coordinador de Educación Continua de la División de Ciencias Sociales y Humanidades (CSH), y directoras de las divisiones de CSH y de Ciencias Biológicas y de la Salud, en ese orden, así como el doctor Francisco Javier Soria López, titular de Ciencias y Artes para el Diseño, manifestaron que el Foro-Diplomado coloca a la UAM y, en particular a la Unidad Xochimilco, en un lugar relevante para avanzar hacia el reconocimiento de la diferencia y el derecho a la enseñanza en mejores condiciones.
“Según datos oficiales en nuestro país hay más de siete millones de personas con alguna discapacidad, lo cual nos llama a poner mayor atención y abrir nuestro horizonte, y en ese sentido celebro y reitero mi apoyo irrestricto a estas iniciativas que tienen que ver con la idea de una institución más accesible para todos”, expresó la maestra Espínola Frausto.
A través de un conjunto de proyectos de investigación y acciones de vinculación se trabaja en esa ruta y se está haciendo un esfuerzo colectivo para hacer cada vez más visibles las acciones de inclusión con el impulso del Programa Universidad Accesible de la División de CSH, creado en 2018 por alumnos, académicos y administrativos de la Unidad Xochimilco, encabezados por los doctores Alejandro Cerda García, Consuelo Chapela Mendoza y Dulce María García Lizárraga.
Luego del acto inaugural –en el que también intervinieron representantes de escuelas y de organizaciones de la sociedad civil– se realizó la primera mesa con la participación de las doctoras Chapela Mendoza, García Lizárraga y Adriana Soto Martínez, profesoras de la Unidad Xochimilco, así como Alicia Angélica López Campos, integrante del Comité de Atención a Personas con Discapacidad en la Universidad Nacional Autónoma de México, quienes coincidieron en la importancia de contar con instituciones inclusivas que no sólo sean espacios de información, sino de formación y, sobre todo, de transformación.
“Al poner en cuestión la normalidad y cultivar el sentido de la extrañeza y la sorpresa quizá las casas de estudio y sus comunidades podrían estar en posibilidad de construir un escenario distinto para quienes se encuentran en condición de discapacidad, reconociendo que difícilmente los procesos de inclusión van a concretarse si atendemos sólo las prescripciones o las nuevas reglamentaciones, pues se trata de desmontar las significaciones imaginarias sociales que mantienen la dicotomía entre los normales, los capaces y quienes no lo son”, expuso Soto Martínez.
La investigadora del Departamento de Educación y Comunicación enfatizó que la presencia de esa diversidad es formativa y transformativa, ya que cuando se promueve un proyecto de inclusión “no estamos haciendo un favor a quienes han sido excluidos, sino reconociendo que somos seres interdependientes y que no hay vidas que tengan mayor derecho de ser vividas que otras”.
La doctora García Lizárraga, profesora del Departamento de Métodos y Sistemas, dijo que es necesario producir una arquitectura y un diseño social universal que al ser más humanista brinde la posibilidad de no discriminar, así como incorporar en los programas de estudio el asunto de la discapacidad y de otros grupos de la población poco atendidos.
Esto tendría que considerarse en forma transversal y no como una materia, objeto o sujeto de estudio; “tenemos que trabajar a la par, así como se hará en este Diplomado, tener las distintas visiones y aportaciones como una labor en equipo”.
La doctora Chapela Mendoza, adscrita al Departamento de Atención a la Salud, reflexionó sobre las diferentes definiciones de la discapacidad, a partir del modo en que las personas la viven, lo cual lleva a problematizar el tema de diversas maneras, un ejemplo es trabajar esta condición desde el punto de vista epistemológico y metodológico.
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