- Aunque la Guardia Nacional formalmente pasa a ser administrada por la Secretaría de la Defensa Nacional, que de hecho ya operaba bajo su dirección, esto noimplica que esta crisis de seguridad, que lleva ya décadas, tenga una solución a corto plazo.
Por: María Manuela de la Rosa/
Si bien todos los candidatos, sea quien sea, ofrecen a sus electores la solución de todos los problemas, o cuando menos, mejores condiciones de vida, normalmente terminan decepcionando al llegar al poder, ya sea en Estados Unidos, en España, en Francia, pero sobre todo en México, las ofertas de campaña han sido proporcionalmente inversas a los hechos en las gestiones de gobierno.
En España se vive actualmente una gran crisis económica, aunado al incremento de contagios por la pandemia, que no termina. Toda Europa en medio no sólo de la crisis sanitaria, sino de los problemas de la inmigración. Estados Unidos conteniendo a los migrantes en la frontera sur, México pagando la factura, pero también con un grave problema de seguridad que no ha podido solventarse, más bien se ha acentuado con motivo de las elecciones y se espera que nuevamente el crimen organizado intervendrá en las elecciones que vienen.
Este año se elegirán 6 gobernadores. En Veracruz habrá elecciones extraordinarias en cuatro municipios y la violencia sigue. Por lo pronto siguen apareciendo cuerpos mutilados. Y si bien es motivo de horror, no puede considerarse terrorismo, puesto que no están involucradas ideologías en estos actos terroríficos, simplemente se trata de la lucha por el poder, en donde los cárteles operan prácticamente en todo el territorio nacional.
Por otro lado, el gobierno reconoce que en lo que va de la administración se han registrado más de 109,942 homicidios violentos.
Respecto a la pandemia, México es uno de los países con mayor índice de mortalidad, pues supera los 300, 000 muertos, ya que la gestión de la crisis ha dejado mucho que desear.
En lo que se refiere a la crisis migratoria, en México se han detenido más de 300,000 migrantes. Y se han recibido más de 110,000 solicitudes de asilo. Actualmente hay más de 150,000 mirantes en condición irregular. Pero estas cifras corresponden sólo a lo registrado, así que a lo largo del territorio nacional hay muchos miles más que se han introducido de manera irregular y que buscan ingresar a los Estados Unidos, quien sólo en este 2021 ha repatriado unos 209,000.
Pero estas personas no sólo necesitan donde dormir, comer, servicio médico y satisfacer sus más elementales necesidades humanas, sino que se han convertido en blanco fácil de las organizaciones delictivas, quienes ven en ellos presa fácil para obligarlos a ingresar a sus filas, aprovechando su situación, la falta de identidad, su vulnerabilidad y la dificultad para localizar a tantos miles que viajan incluso sin documentos. Pero además, ante esta situación, se incrementa el riesgo de la trata de personas, incluidas mujeres, jóvenes y niños.
Estamos cerca de una grave crisis humanitaria. Y aunque la Guardia Nacional formalmente pasa a ser administrada por la Secretaría de la Defensa Nacional, que de hecho ya operaba bajo su dirección, esto no implica que esta crisis de seguridad, que lleva ya décadas, tenga una solución a corto plazo.
Con esta medida se están diluyendo las fuerzas armadas, puesto que muchos militares ya conforman los cuadros de mando de la GN, para ejercer funciones de seguridad pública. Aunque el problema es mayúsculo. Ni la disciplina ni la organización militar es suficiente, porque se trata de una misión diferente, una naturaleza de otra envergadura.
La fuerza disuasoria no basta, sobre todo cuando se enfrenta a delincuentes que no tienen nada que perder, están completamente empoderados, con armamento sofisticado, tecnología, recursos y por si esto fuera poco, inmersos en un escenario de impunidad garantizada, donde cuentan con la protección absoluta de sus derechos humanos, aunque ataquen amparados en el anonimato y con el rostro cubierto; y sobre todo sabedores que no pueden ser tocados ni con el pétalo de una rosa. Contrario a los soldados, ahora guardias nacionales, que responden a un mando, deben concretarse a órdenes precisas, tienen como prioridad salvaguardar los derechos humanos de los infractores, están plenamente identificados, sin poder usar las armas, con recursos limitados y sujetos a una serie de reglamentos y procedimientos que no sólo hacen de las operaciones un tema burocrático, sino una verdadera cadena que los ata de manos y pies, arriesgando la vida, y si la pierden, su familia sólo recibirá una carta de condolencia, quedando a la deriva.
Así, difícilmente podrá terminar el imperio del mal.
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