Por: María Manuela de la Rosa Aguilar/
La importancia de la mujer podría analizarse desde muy diversos puntos de vista, pero anotando simplemente su capacidad productiva de acuerdo a datos oficiales, que realmente no toman en cuenta todas sus actividades,las mujeres aportan el 39.6 % del producto interno bruto; esto es, 7,336 mil millones de pesos, en cifras muy conservadoras. Así que un día sin mujeres son 20 mil millones de pesos. (según datos obtenidos de la STPS).
Las mujeres integran además el 51.8 % de la población total del país. ¿tomamos en cuenta lo que esto quiere decir para unas elecciones? Tal vez eso no ha sido tomado muy en cuenta, o al menos con la seriedad que debería, porque no se soslaya que podrían haber considerado un engañoso dato que indica que las mujeres son el 72.6 % de la población económicamente inactiva, sin mencionar que en ellas recaen muchas más responsabilidades de las que señala una fría estadística matematica:
Cuando son madres, son por lo general las que se encargan de la educación de los hijos; de velar por sus seguridad; prepararles los alimentos; ver que no les falte ropa limpia; que su habitación sea la adecuada y esté en las mejores condiciones; llevarlos a la escuela; ayudarles con las tareas; procurar su esparcimiento; su salud. Trabajan como educadoras, cocineras, lavanderas, choferes, asistentes, en trabajos múltiples de servidumbre, de veladoras, etc… Y todo ello sin retribución alguna. E incluso aportando a la economía familiar, haciendo de reposteras, cocineras, asesoras de belleza, cualquier oficio que les retribuya una ganancia sin que esto afecte a su trabajo de amas de casa.
Pero, también las hay trabajadoras formales, que no sólo cumplen con un horario y una profesión, sino que además se ocupan de su hogar, de los hijos en una doble y triple jornada laboral, que generalmente no se toma en cuenta, porque es un trabajo muy visible, pero silencioso, permanente, sin descanso y poco o nada valorado, porque además se les considera dentro de la estadística de una mayoría de pobación económicamente inactiva, aunque sus obligaciones sean de 24 horas diarias, como cuaquier soldado.
Cuando son solteras, se ocupan de sus hijos, además muchas veces de sus padres y hermanos, también son sustento y desarrollan trabajo no remunerado.
Y sin embargo las misma estadísticas anotan que en el comercio trabajan 53.1 % de mujeres y en los servicios 55.8 %. Y entonces ¿importan económicamente o no las mujeres? Estos son datos duros, pero significativos.
En el 2000 la población económicamente activa de mujeres era de 35% y en el 2019 de 40%, en tanto que la población varonil disminuyó de 65% a 60%.
No obstante, de acuerdo a datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el primer semestre del 2019, fueron asesinadas 2,173 mujeres, de las cuales el 25% se consideró un feminicidio en tanto que el 75% fue de asesinatos dolosos.
De acuerdo a datos de la ONU, durante el 2017 alrededor del mundo fueron asesinadas 87,000 mujeres, la mitad sucedieron en un entorno cercano o familiar. Y cada día se registran 137 asesinatos de mujeres a manos de un familiar o de su pareja. ¿Crímenes de odio? ¿feminicidios? Sin duda alguna.
Según datos de mortalidad del INEGI, el homicidio de mujeres se cuaduplicó del 2007 al 2017, esto debido al crecimieto de los índices de inseguridad y violencia que vive el país. Durante este periodo se registraron 25,800 mujeres asesinadas. Y aunque el informe concluye que esto se debió al incremento de la violencia en las calles, esto también es un foco rojo en torno a la violencia contra el sexo femenino, que como vemos, no es un problema local, sino global.
Un artículo publicado por El Mundo de España en febrero del 2018, afirma que la mitad de las muertes violentas de mujeres se deben al machismo: el 52.5% de las muertes violentas fue a manos de la pareja o ex pareja de la víctima, patrón que se repite año tras año y es un fenómeno común, inlcuso en las sociedades más desarrolladas, en donde la igualdad entre hombres y mujeres es un hecho, así como el que la población se distinga por un nivel educativo más alto. Por ello la profesora de sociología de la Universidad de La Coruña y directora del Centro de Estudios de Género y Feministas de esa universidad, señala que esto es un fenómeno “extraordinariamente complejo y, además, global”. A nivel mundial el 38.5 % de las muertes violentas de mujeres se debieron a violencia de género y en los países ricos el porcentaje es mayor, ya que alcanza el 41%.
Al respecto, Enrique García, investigador de la Universidad de Valencia, España, y Juan Merlo, de la Universidad de Lund, Suecia, utilizaron el término “paradoja nórdica” para definir este fenómeno que se presenta en Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca, en donde el factor de igualdad de género o tiene por qué incidir, pero sí posiblemente si se considera la variable del consumo de alcohol, aunque esto requeriría un estudio más profundo, pues a momento es una hipótesis no explorada.
Sin embargo, podemos aventurarnos a especular que el incremento sustancial en el consumo de acohol y la gran variedad de estupefacientes, ha coincidido en tiempo y espacio con el desmesurado aumento de la violencia y consecuentemente de los asesinatos. Si consideramos que en cada uno de ellos está presente el consumo de alcohol y/o de drogas, muy probablemente estaríamos más cercanos a un planteamiento concluyente de causales que detonan esta problemática global.
La ONU cuenta con una organización para promover la igualdad de género, la seguridad y la justicia: ONU Mujeres, que ha logrado que se enmienden o reformen 27 leyes en 17 países; incidió en las políticas nacionales sobre la participación política de las mujeres en 58 países; influyó en las políticas económicas y las estrategias para la erradicación de la pobreza en 41 países; participó activamente para que 52 países reforzaran su legislación para afrontar la violencia contra las mujeres y niñas.
Desplegó también a 23 especialistas para colaborar en las investigaciones sobre violencia sexual y de género en 11 países. Un esfuerzo que sin embargo se diluye considerando la cantidad de agresioes contra mujeres no sólo en México, sino en el mundo. ¿2 especialistas por cada uno de los 11 países?
Violencia contra las mujeres, sí, es un hecho. Pero también un motivo que puede emplearse con una legitimidad muy cuestionable para enfrentar a mujeres y hombres, cuando ambos son parte del género humano. Sí, con los mismos derechos, pero con anatomías distinta, sensibilidades con perspectivas diferentes, capacidades físicas tal vez dispares, mentalidades y hemisferios cerebrales con sus respectivas peculiaridades; sí, pero toda esa naturaleza complementaria, porque hombres y mujeres somos diferentes pero nos complementamos y para muestra sólo el hecho de la procreación. La Nauraleza nos hace mutuamente dependientes.
Tal vez sea la competencia laboral, o por el poder. No podemos decir que el hombre o la mujer son mejores uno que otra. No hay motivo lógico ni conveniente para que la humanidad se enfrente el uno a la otra.
¿Hay acaso alguna agenda global para iniciar una nueva guerra de sexos? Tal vez sí y no lo hemos vislumbrado. El hecho es que aparentemente se trabaja en torno a la equidad, pero a la vista podemos observar un encono creciente entre hombres y mujeres.
Por otra parte, no podemos soslayar a la ideología de género, que con la justificación de luchar por el derecho a que cada persona decida sobre su cuerpo y la orientacion de su sexo. En realidad hay un oscuro motivo por influir en los niños y jóvenes para que tomen decisiones sobre su cuerpo cuando todavía no cuentan con la madurez necesaria como para decidir incluso sobre los aspectos más tribiales de su vida. Influir de manera tendenciosa sobre la conciencia humana. Es un acto no sólo delesnable, sino carente de escrúpulos, ya que atentan contra la conciencia y la estabilidad emocional de los niños y jóvenes, quienes al perder todo sentido de identidad son mucho más suceptibles no sólo a la manipulacion, sino a la tentación del consumo del alcohol y las drogas, como un medio fácil para evadir una realidad a la que fueron maliciosamente inclinados.
Fomentar identidades neutras es también atentar contra el núcleo social por excelencia, la familia. Enfrentar a hombres contra mujeres igualmente, pero sobre todo, es procurar la soledad más absoluta del ser humano, gregario por naturaleza.
Y nunca olvidemos que el sexo, el alcohol y las drogas son uno de los negocios más redituables del planeta. Y los intereses son tan grandes que no importa desestabilizar a la misma humanidad.
Un día sin mujeres trae consigo pérdidas millonarias pero un día sin hombres también.
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