- Rusia ha apostado por una larga guerra de desgaste, en la que la incertidumbre sobre los resultados todavía se mantiene y constituye una verdadera presión para el mundo entero.
Por: María Manuela de la Rosa Aguilar/
Fortalecimiento y rediseño de las estrategias
Del 28 al 30 de junio se llevó a cabo la XXXII Cumbre del Tratado del Atlántico Norte en la ciudad de Madrid, España, a la que asistieron más de 30 jefes de Estado y de Gobierno, en donde el tema central fue la guerra en Ucrania, considerada una amenaza a la seguridad global y a partir de la cual se reconfigura el mapa geopolítico del mundo. Por lo pronto ha traído una severa crisis energética y alimentaria, no sólo a Europa Central, sino a la Unión Europea, América y África, principalmente.
Después de largo periodo de la Guerra Fría, nunca antes había cobrado tanta relevancia la Alianza Atlántica, cuyo poderío y existencia había sido cuestionado durante décadas. Pero hoy no hay alianza más vigente que ésta, que ha reforzado su armamento y se ha encargado de coordinar el apoyo militar y logístico para Ucrania.
Rusia ha apostado por una larga guerra de desgaste, en la que la incertidumbre sobre los resultados todavía se mantiene y constituye una verdadera presión para el mundo entero. Por ello, en esta ocasión la agenda estuvo centrada en Ucrania y las variables que inciden en el conflicto:
La ayuda militar a Ucrania
El presidente norteamericano Joe Biden anunció un paquete de ayuda militar a Ucrania por 800 millones de dólares que incluye sistema de defensa aérea y armas ofensivas.
Aunque Ucrania no forma parte del Tratado, ha recibido un trato como aliado y si bien el presidente ucraniano no estuvo presente, sí tuvo ocasión de participar en la reunión a través de videoconferencia, en donde solicitó el apoyo de occidente ara salvar a su país, que está devastado, pero sigue dando la batalla. Y acaba de darla buena noticia de que las tropas rusas abandonaron la Isla de las Serpientes, en el Mar Negro, un lugar estratégico. Un avance en medio de tantas pérdidas, que suman alrededor de 600,000 millones de dólares, 50,000 soldados muertos, unos 150,000 heridos y casi más de 12 millones de desplazados y refugiados por la guerra.
Se calcula que son 16 millones los que necesitan ayuda urgente, por lo que muchas organizaciones de la sociedad civil se encuentran apoyando a la población, así como los gobiernos occidentales, además de armas, equipo, medicamentos y muchos v voluntarios extranjeros que se han solidarizado para luchar junto a los ucranianos.
Reposicionamiento
Sin duda esta cumbre ha fortalecido al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, como líder indiscutible de la alianza, quien se refirió al artículo 5º del tratado, que debe considerarse sagrado, si se ataca a uno se ataca a todos.
Antes de esta cumbre el presidente Biden había tenido una participación menos protagónica, sobre todo por la falta de apoyo del Congreso, en manos de los republicanos.
Biden no ha dejado de pronunciarse respecto a Rusia y Ucrania, con su apoyo decidido a Vlodimir Selensky, pero ha estado atado de manos, puesto que las iniciativas de apoyo a Ucrania se han quedado paradas en el Senado.
Pero después de esta cumbre las tropas norteamericanas vuelven a tener mayor presencia en Europa. El Presidente Biden tuvo un acuerdo con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, por medio del cual Estados Unidos aumentará el número de destructores y de personal militar en la Base Naval de Rota, en Cádiz, que comenzó a funcionar en 1953.
Asimismo, Estados Unidos creará una base permanente en Polonia, en apoyo del 5º Ejército y desplegará tropas en Alemania, Italia y los países bálticos, impulsando misiones en diversas áreas.
Nueva visión estratégica
Bajo las premisas de que no hay condiciones para la paz en el área Euroatlántica, fundamentalmente por el feroz ataque de Rusia contra Ucrania; de que el terrorismo prevalece como una amenaza a la seguridad de los aliados y considerando que China y Rusia están desarrollando una asociación estratégica y encabezan un movimiento autoritario contra las reglas que regulan el orden internacional, el nuevo concepto estratégico de la OTAN incluye:
Asegurar la defensa colectiva de los aliados contra diversas amenazas e incluyen ataques híbridos, integridad territorial, terrorismo, asó como a otras amenazas y desafíos interconectados, desde el cambio climático hasta tecnologías disruptivas, el tráfico de armas, el desarme e incluso el crimen organizado.
Por lo tanto, la OTAN seguirá manteniendo sus funciones de prevención y gestión de crisis, disuasión y defensa y seguridad cooperativa, para fortalecerse y responder más allá de sus fronteras.
Por eso, Rusia pasa de ser socio estratégico a una amenaza directa. En tanto que China ahora se considera un desafío sistémico; aunque por su parte, el país asiático considera que se ha vuelto a la mentalidad de la Guerra Fría.
Los nuevos miembros.
Por fin, después de varios meses de haberlo solicitado formal y mediáticamente, Suecia y Finlandia dan inicio a su entrada a la OTAN, ya que Turquía levantó su veto a la entrada de estos países, según lo anunció el martes el presidente Turco Recep Tayyip Erdogan, quien condicionó su aprobación a que Suecia extraditara a 73 terroristas, ya que Turquía alegaba una supuesta connivencia con organizaciones como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las Unidades de Protección Popular (YPG).
Aunque la adhesión de estos dos países no se dará de inmediato, ya dio inicio el proceso y se espera que en los próximos días, cuando los aliados aborden la unión de Helsinki y Estocolmo al grupo militar. Y una vez integrados, existe el compromiso de que Turquía, Finlandia y Suecia se brinden apoyo mutuo contra amenazas a su seguridad nacional, funcionando como un bloque regional.
Renovación para fortalecer a la OTAN
El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg anunció que la OTAN aumenta de 40,000 a 300,000 soldados de despegue inmediato, a fin de ser enviadas en caso de necesidad, con lo que se aumenta sustancialmente su capacidad de disponibilidad.
También fortalece sus fuerzas de vanguardia en la parte oriental de la Alianza hasta el nivel de brigada.
Se determinó transformar la Fuerza de Respuesta de la OTAN, incrementando los efectivos de alta disponibilidad, así como los equipos especiales para situaciones de crisis y conflicto, incluyendo equipo y suministros militares, más defensa aérea, fortaleciendo el mando y control.
Se ha estado trabajando en los planes de defensa para hacer mejoras y mantenerlos actualizados con las variables de amenazas en los diversos niveles, contando con fuerzas pre-asignadas en la defensa de aliados específicos.
Para tal fin, la OTAN dispone de custro grupos específicos en los países bálticos y Polonia, a los que sumarán otros cuatro en los países del flanco oriental que no tenían, como Bulgaria, Eslovaquia, Rumania y Hungría.
A nivel táctico, cambiará su forma de operar, pasando de simples refuerzos provisionales a estructuras bien conformadas y permanentes en el Este.
El juego geopolítico queda claro, Este contra Oeste, la lucha hegemónica por el poder, la economía, los recursos naturales, científicos e inmateriales, la ideología, los sistemas políticos y de gobierno.
Y en esto, de cada uno de los que forman parte de la OTAN invierten cada año alrededor del 2% de su PIB: unos 350,000 millones de dólares.
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