Por: Redacción
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Perla Gómez Gallardo, reconoció la apertura de la Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), encabezada por el doctor Salvador Vega y León, para tomar acciones encaminadas a la prevención y la atención de la violencia contra las mujeres en el ámbito universitario, lo que convierte a esta casa de estudios en referente ante otras instituciones de México en la materia.
La disposición por parte de la UAM coincide con las campañas para erradicar el acoso en el transporte de pasajeros, entre otros espacios públicos, que implican la defensa de los derechos de género en la ciudad, dijo en entrevista la doctora Gómez Gallardo.
El derecho a la igualdad de género es una garantía constitucional en México y las instituciones de educación superior, los tecnológicos y los centros de investigación no son la excepción para el ejercicio de ese derecho.
El acceso a la educación con igualdad, libre de estereotipos sexistas o de género y sin discriminación por identidad de género, orientación sexual, vestimenta y apariencia es un derecho de las mujeres en los espacios universitarios, recalcó.
Reconocer las clases de violencia y sus formas culturales de normalización, así como nombrar los actos que constituyen un atropello contra las mujeres es el propósito de la campaña diseñada por la UAM y la CDHDF.
Este organismo reconoce la apertura mostrada por la Casa abierta al tiempo para ponerla en marcha, una vez celebrado un convenio específico de colaboración que ambas partes tienen previsto para fecha próxima.
Gómez Gallardo precisó que serán propuestas modificaciones a la normatividad para eliminar cualquier patrón institucional discriminatorio. La campaña incluirá medidas para identificar sesgos sexistas en los planes de estudio y mallas curriculares, así como para garantizar el acceso a las mismas oportunidades de recreación, ascenso y desarrollo institucional de las mujeres que laboran y estudian en la UAM.
Además está prevista la elaboración de un diagnóstico para conocer las principales causas de abandono de estudios por universitarias y la producción de una campaña interna de difusión de los derechos humanos de las mujeres, con énfasis en asegurar una vida libre de violencia en los espacios universitarios.
El propósito no es, desde un principio, sancionar o buscar responsables, sino sensibilizar a la comunidad, pues “hay varones que no entienden siquiera que muchas conductas que llevan a cabo son acoso; entonces lo que queremos es mostrar el hostigamiento y las implicaciones que tiene mediante una campaña dirigida a hombres y otra a mujeres”.
En el caso de las mujeres el objetivo es propiciar su empoderamiento y que ejerzan su derecho a la denuncia y vivir sin violencia.
En instituciones de educación superior como la UAM es importante “tener la fotografía” de cómo se vive el proceso de formación profesional en un espacio educativo en el que hay que erradicar prácticas discriminatorias o que pudieran considerarse acoso hacia alumnas, profesoras o trabajadoras administrativas, afirmó la presidenta de la CDHDF.
También se pretende hacer un diagnóstico e identificar las causas por las cuales las mujeres abandonan sus estudios de licenciatura para establecer si la institución puede favorecer que la persona continúe sus estudios.
La difusión de los derechos de las mujeres en los espacios universitarios es un paso inicial “muy valioso” porque muestra que en la universidad hay el reconocimiento de que existen algunas problemáticas –“y no somos ajenos a lo que se reporta vía redes donde de repente las alumnas dicen ‘no toleramos que ciertos profesores hagan este tipo de prácticas’”– y de que toma acciones para detenerlas.
Uno de los propósitos es que “aquellas personas que en su momento están realizando una práctica que ni siquiera ubican o reconocen que puede ir en el sentido de acoso sepan, a través de esta campaña con una temática muy dirigida, cuáles son las conductas que no se espera que lleven a cabo ni como docentes ni como compañeros, ni subordinados, ni titulares” en el espacio universitario.
“Cuando se sepa qué sí y qué no es acoso, y qué aspectos se esperan de una comunidad respetuosa se activarán mecanismos alternos de denuncia como la propia Defensoría de los Derechos Universitarios”, que ya existe en la UAM.
La CDHDF, lejos de entrar a una vertiente de confrontación sobre quién denunciaría reconoce “que hay algo que se debe atender”, pero “para lograrlo primero es necesario entender cuál es la magnitud de la situación” y eso es lo que se pretende con esta iniciativa: sensibilizar a la comunidad desde un enfoque de los derechos humanos.
La doctora Gómez Gallardo encomió que una universidad joven y de las más importantes del país incluya prácticas que empiezan a tener un enfoque de “transversalización” de género, como una forma de evitar la exclusión y la discriminación.
La idea es mostrar esta iniciativa como una buena práctica y decir que la UAM está abierta a que instituciones con experiencia en la materia aporten insumos y ayuden a crear campañas para luego, en el marco de su autonomía, generen otras prácticas o instruyan mecanismos que refuercen el propósito de erradicar la discriminación.
A partir de esta iniciativa, la UAM sería un referente frente a otras instituciones locales y del país en esta materia, comentó la ombudsman de la CDMX.
En esta ciudad “no podemos hacer como que no pasan cosas; tenemos que diagnosticarlas (…) y queremos que sea justo desde las universidades donde surjan las mejores prácticas para que luego se repliquen en otras instituciones”.
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