Por: Redacción/
Encabezados y coordinados por el profesor – investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, Gerardo Noriega Altamirano, académicos del IPN, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, dirigentes de organizaciones de productores como Nueva Alianza del Campo para la Esperanza, la CIOAC-JDL, MERCANTA SPR, farmers SPR y CEVACYTT, propusieron al virtual Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, la creación de un Programa de Asistencia Técnica para la Seguridad Alimentaria con dos orientaciones: el que ahorra trabajo y el que ahorra capital.
Noriega Altamirano, indicó que este programa propuesto obedece a que en México la pérdida de fertilidad de los suelos es alarmante, se mantiene una estrategia alimentaria con base en importaciones y el sector rural se encuentra afectado en la viabilidad productiva de 32 mil 082 núcleos agrarios que representan el 52.5% del total de tierras relacionadas directamente con la agricultura mexicana.
Además, el pequeño y mediano agricultor soporta precios “catastróficos” a que lo condena la falta de control monopolístico de la oferta por lo que ante la falta de una política agrícola sigue amenazada la seguridad alimentaria y con ello el país se enfrenta a un futuro “catastrófico”.
El investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, Gerardo Noriega Altamirano, indico que para revertir esa situación se requiere la creación de un Programa de Asistencia Técnica para la Seguridad Alimentaria como el que academia, pequeños empresarios y organizaciones de productores plantean en más de 13 líneas de acción.
Y es que, dijo, “el gobierno mexicano que encabezará Andrés Manuel López Obrador, debe asumir un nuevo compromiso ante el desarrollo rural. La reconversión productiva debe basarse en las características particulares de cada región y territorio con sus fortalezas”.
En un mensaje a medios, el especialista comentó que la producción de alimentos para atender la seguridad alimentaria exige un modelo de transferencia tecnológica que implemente las estrategias para que la información disponible se comparta de manera oportuna al resto de actores de la construcción del nuevo paradigma de desarrollo rural.
El campo mexicano en los últimos años ha padecido una crisis por la falta de inversión pública, reducción en los créditos, ausencia de obras de infraestructura rural, carencia de asistencia técnica, incremento de la pobreza y de la inseguridad alimentaria.
Por lo que, enfatizó, el reto es reconstruir la planta productiva que destruyó el neoliberalismo y replantear un modelo de desarrollo incluyente y autogestivo que beneficie a la población rural, enfatizando en el pequeño y mediano productor.
El investigador de la UACh ejemplificó que el trabajo que se realiza con Nueva Alianza del Campo para la Esperanza, la CIOAC-JDL, MERCANTA SPR, Enrique farmers SPR y otras en el Valle del Mezquital, así como el CEVACYTT en la Sierra de Hidalgo y del IPN bajo la dirección de Enrique Rico Arzate y por Guillermo Salas Razo de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, basados en los ciclos agrícolas 2012 al actual, se impulsa una estrategia de alto rendimiento para la producción de granos, en particular del maíz.
Estos actores, expuso, tienen entre sus propuestas desarrollar proceso de transformación de las políticas públicas para el campo, eliminando incentivos para la búsqueda de rentas, reorientando el gasto público.
Además de incorporar a las mujeres y jóvenes en la toma de decisiones y distribución de los beneficios en el acceso a la información.
Esto porque la política pública con sus recursos debe llegar a los pequeños y medianos productores agropecuarios y forestales de las diferentes regiones de México.
Además de aplicar las herramientas financieras disponibles como: coberturas, seguros, y el financiamiento para la innovación tecnológica para producir más a menor costo.
También, dijo, se debe restaurar el patrimonio ambiental, además de conservar suelos, agua, bosques, selvas y biodiversidad.
No podrá quedar de lado el rediseñar el marco regulatorio para el manejo y aprovechamiento sustentable forestal y de aguas, simplificando la gestión de permisos y estimular la producción orgánica.
Asimismo, el investigador Gerardo Noriega Altamirano, señaló que el nuevo gobierno debe construir el desarrollo rural, considerando ejes estratégicos como
Autosuficiencia Alimentaria, la Restauración y Protección Ambiental; la Generación y Transferencia Tecnológica para el Rescate de los Sistemas Productivos Tradicionales así como el Sistema Mexicano de Extensión Rural.
Del mismo modo debe garantizar la Reducción de la Desigualdad Social, la Reconstrucción del Tejido Social, la Reconstrucción del Sujeto Productivo, la Reactivación de la Economía campesina, la Reformulación y Gestión de la Sustentabilidad, el Rescate, Funcionalización y Operación de la Infraestructura Agropecuaria; la Creación y Desarrollo de un Sistema de Financiamiento para la Producción Agropecuaria y Forestal, la Actualización y Desarrollo para la Formación de Recursos Humanos y la Protección, Conservación, Restauración de la Biodiversidad.
Expuso que México ha acudido en los gobiernos pasados, como estrategia alimentaria, a las importaciones de alimentos por ello se propone trabajar sobre las cuatro primeras estrategias señaladas de manera emergente, acuerpadas en caminar hacia la autosuficiencia alimentaria, impulsando acciones como:
Crear el Programa de Alto Rendimiento de granos básicos en zonas con potencial productivo, cultivos marginados y de alto impacto social, fundados en la restauración del suelo y el manejo agroecológico.
Crear el Programa Mexicano de agricultura orgánica, integrando a la agricultura orgánica actual.
Fortalecer la producción nacional de granos básicos y cultivos de alto impacto social en el Sur y Sur-sureste, como: granos básicos, frijol, arroz, Café, cacao, coco, vainilla, maguey, hortalizas, entre otros.
Promover la producción milpa-traspatio y la agricultura familiar, destacando los huertos familiares y la ganadería de traspatio, así como impulsar a la agricultura urbana y suburbana.
Desarrollar una estrategia de alimentación regional para garantizar la disponibilidad de productos agroalimentarios para la población vulnerable.
Desarrollar la producción y comercialización regional de insumos, como: semillas, mejoradores de suelos, abonos, bioplaguicidas, entre otros.
El sistema de milpa debe fortalecerse con cultivos básicos, frutales, especies forestales y hortalizas para la autosuficiencia de los productores.
Precisó el especialista de la UACh, que en México la pérdida de fertilidad de los suelos es alarmante, por ejemplo, 139,9 millones de hectáreas, equivalentes al 70% de los suelos mexicanos poseen niveles de muy bajos a medios de materia orgánica; 62,150,189 ha equivalentes al 31% de los suelos mexicanos se encuentran con problemas de acidez; 146,798,064 ha que significan 73% de los suelos mexicanos tienen poca Capacidad de Intercambio Catiónico.
Por ello proponemos diseñar una política pública en el contexto del Manejo Sustentable de los Suelos Mexicanos, reconociendo al recurso suelo como un patrimonio nacional.
Crear el Programa Mexicano de Restauración de Suelos Agrícolas para transitar a la restauración de la fertilidad física, química y biológica, atendiendo a los factores formadores del suelo para la restauración de los ciclos biogeoquímicos, haciendo uso de tres grandes líneas de acción: (1) adición de mezclas de minerales no metálicos; (2) incorporación de materia orgánica humificada; y (3) inoculación de la microbiología del suelo: hongos, bacterias y actinomicetos.
Desarrollar prácticas y construcción de infraestructura para la cosecha de agua de lluvia en azoteas y del escurrimiento superficial, para contribuir a la seguridad alimentaria, reducción de la pobreza y promover el desarrollo.
Fortalecer el conocimiento y la educación entre los productores, mujeres, y niños sobre el uso sustentable del agua superficial y subterránea y la utilización de agua reciclada para la agricultura.
Frenar el consumo de leña, fortaleciendo la milpa-traspatio, para que mediante la ganadería de traspatio las excretas de los animales se aprovechen para la producción de biogás en biodigestores rústicos.
Destacó que para transitar al desarrollo rural no es suficiente la disponibilidad de las innovaciones tecnológicas, se necesita: (1) contar con la participación decidida, consciente y voluntaria de los políticos, técnicos, productores, expertos, productores e instituciones que participan en el sector rural; (2) abordar de manera interdisciplinaria los factores de la producción; (3) construir un equilibrio entre lo práctico y lo teórico, es decir entre la investigación básica y la aplicada, incluyendo el conocimiento campesino. Nuestra experiencia la ponemos a disposición del pueblo de México.
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