Por: Redacción
El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es una de las manifestaciones de la crisis y colapso de la globalización al representar a una derecha conservadora y racista que busca concentrar aún más las riquezas y poder en el mundo, consideró el Maestro David Fernández Dávalos, Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
La lógica hegemónica de este sistema mundial, la globalización, ha producido pobreza, desigualdad y desarrollo asimétrico entre naciones, pobres y ricas; pero también dentro de nuestros países, donde hay sectores con mucho poder y dinero, y otros enormemente pobres.
“Ha producido migraciones masivas, destrucción de los pueblos originarios, la emergencia de violencias étnicas, la depredación del medio ambiente, la emergencia de violencias delincuenciales, de violencias de clase, geopolíticas, etcétera”.
Sin embargo, la globalización, en la que sólo circulan las mercancías y los capitales, no las personas ni sus derechos; centrada en la maximización de la ganancia como el valor supremo, con una concepción de la relación con la naturaleza de carácter meramente utilitaria y extractiva, ha colapsado y no puede seguir adelante.
“Ha entrado en fase terminal; por lo que requerimos pensar y construir un nuevo mundo en el que quepamos muchos mundos. E igualmente generar una conciencia hecha de discernimiento y solidaridad entre los individuos y los pueblos”. Por ello el modo en que nos organizamos, convivimos, producimos y la manera en que nos relacionamos con el medio ambiente es el mayor desafío actual del sistema mundo en su totalidad, dijo el Rector.
Los desafíos del mundo
Lo anterior fue expresado por el Padre Fernández Dávalos en su ponencia sobre la Congregación General 36 (órgano supremo de gobierno de la Compañía de Jesús, institución a la cual se encuentra confiada la IBERO), que formó parte del ciclo “Arte, Historia y Pensamiento Jesuita”.
En un breve recuento el maestro Dávalos dijo, entre otras cosas, que en la congregación (que tuvo lugar a finales de 2016, en la Curia General de Roma, Italia) los asistentes recordaron que los desafíos de la Compañía de Jesús son los desafíos del mundo, los cuales son: la violencia, los fundamentalismos, la depredación ecológica, la migración.
Pese a lo mencionado, los 215 jesuitas del mundo congregados dejaron de manifiesto que la humanidad está viviendo un kairos (palabra griega que significa tiempo de gracia o de oportunidad). “Y así, en la Congregación General vimos el tiempo presente como un compás de la historia en el que la mano de Dios asoma para conducirnos a nuevos rumbos, distintos a los que hemos tenido hasta hora”, precisó el Rector.
Agregó que la característica principal de los tiempos que estamos viviendo es que la realidad cambia frecuentemente, a una velocidad impresionante y de manera diferenciada en las distintas regiones del mundo.
“Todo ello habla de que existe una novedad epocal que va ligada con una nueva cultura de la interconexión cibernética en la que circulan enormes volúmenes de información a velocidades nunca antes vistas. Y ahí están la movilidad humana masiva, la inequidad social y económica, la exclusión de las cuatro quintas partes de la humanidad de los satisfactores básicos para la vida, la crisis financiera mundial, la enorme polarización y violencia en nuestros pueblos, la emergencia política del fundamentalismo, entre muchos otros rasgos”.
El Rector de la IBERO añadió que aunque el tema educativo no se trató directamente en la Congregación General 36, el trabajo en los colegios y universidades jesuitas fue siempre un referente. En ese sentido, sintetizó lo que deben ser las instituciones educativas (y obras) de la Compañía de Jesús:
Tienen que ser hogares de personas que se encuentran, que se respetan, que en la medida de lo posible se tratan de querer como una familia. En discernimiento sobre el modo de hacer las cosas. Que descubran a Dios particularmente en los pobres socioeconómicos, en los excluidos, los marginados y los discriminados. Cercanas a los más vulnerables. Que hagan análisis riguroso y profundo de la realidad. Que trabajen por la paz.
Que transformen nuestras culturas y sociedades, en colaboración con otros hombres y mujeres de buena voluntad. Con una cultura coherente de protección y seguridad de los menores y adultos vulnerables. Que inicien procesos de justicia, liberación y de conciliación. Que sientan con la Iglesia. Que tengan coraje y audacia profética. Y que obren la misericordia y compasión que nos reconcilia con Dios, con los seres humanos y con la creación.
Congregación General 36
El Fernández Dávalos mencionó que en la Congregación General 36, que empezó con la renuncia del Padre General Adolfo Nicolás, fue fácil llegar a consensos importantes sobre el perfil de su sucesor; el Superior que necesita en estos momentos del mundo la Compañía de Jesús.
”Alguien que pudiera inspirarnos y lanzarnos al mundo… alguien echado para adelante, inspirador, de vitalidad espiritual y apostólica, muy parecido a Pedro Arrupe. Ese es el tipo de General que quisimos buscar y creo que fue lo que obtuvimos”.
Así las cosas, el Padre Arturo Sosa Abascal fue elegido como nuevo General de la Compañía de Jesús. Se trata de un jesuita venezolano, proveniente de las periferias, que opta por los pobres, que comprende su servicio como opción en favor de la fe y la justicia, en diálogo intercultural e interreligioso, dijo el Padre David.
Del General saliente, Adolfo Nicolás, expresó que se le quiere por su sencillez, accesibilidad, sentido del humor; además de ser muy perspicaz y astuto. Es un hombre de sabiduría profunda, serena y un vívido compromiso apostólico. Sus principales aportes fueron: reestructurar las provincias, renovar organizativamente la Curia, crear Secretariados para el trabajo social y para la fe, y fortalecer el apostolado intelectual.
El ciclo “Arte, Historia y Pensamiento Jesuita” es coordinado por el Mtro. Emilio Quesada Aldana, con el apoyo de la Vicerrectoría Académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
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