Por: Redacción/
Antes de pensar qué hacer para reactivar las actividades sociales y económicas en México es indispensable entender que el desempleo, la pobreza y el cierre de empresas por la pandemia del COVID-19, más que culpa del gobierno federal derivaron del encadenamiento de los mercados internacionales, afirmó la doctora Guadalupe Huerta Moreno, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Cuando las autoridades del país hablan de desarrollar un modelo “antineoliberal, sus márgenes de acción son sumamente restringidos porque, por desgracia, o como resultado de la globalización, todo lo que pasa con nuestro principal socio comercial repercute en la nación”, argumentó ante el panel ¿Cómo reactivar la sociedad mexicana para salir de la crisis de la pandemia?, en los Foros CSH UAM, una contribución de profesores de las cinco divisiones de Ciencias Sociales y Humanidades de la Casa abierta al tiempo.
“No se trata de transformar de manera radical la estructura productiva o comercial del país, ya que lo que nos trajo aquí son 40 años de caída del gasto público en sectores relevantes, entre ellos uno fundamental: la salud”, que registró falta de recursos, advirtió la docente del Departamento de Administración de la Unidad Azcapotzalco.
La reconversión de hospitales fue posible, a pesar de la problemática existente, con el fin de reducir el impacto de la enfermadad, a diferencia de Alemania, Francia, Italia o España, naciones que con mejores servicios no pudieron hacerlo.
“En esta nueva normalidad todavía estamos en una etapa fuerte de la pandemia y viene un rebrote que traerá un mayor desempleo y pobreza en América Latina”, si se considera que en junio pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) planteaba una caída del Producto Interno Bruto (PIB) en México de -7.5 por ciento; en Brasil, de -8.9 por ciento, y en Argentina, de -7.3 por ciento, mientras que las perspectivas de crecimiento para el año próximo se calculan entre 2 y 3 por ciento para toda la región.
Un par de meses antes, en abril, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó que a consecuencia de la emergencia sanitaria internacional fueron afectados dos mil 700 millones de asalariados en el mundo, es decir, 81 por ciento de la fuerza laboral total de los sectores del comercio al menudeo, los servicios, el turismo y el transporte”.
En México se calculaban 12 millones –tanto en el ámbito formal como en el informal– y el Índice General de la Actividad Económica (IGAE) registró una baja en las actividades primarias de -1.5 por ciento; en el sector secundario, la industria, que es la generadora de puestos formales, la pérdida fue de -17.5 por ciento y en el tericario –de servicios– de -13.6 por ciento, resaltó Huerta Moreno.
El doctor Alberto Escamilla Cadena afirmó que después de superar la contingencia se requerirá reorientar la planeación, los objetivos y las prioridades, además de una reasignación de recursos, lo cual representa un reto para quienes tienen la tarea de organizar el desarrollo, aunque “detecto que en este gobierno ese aspecto parece estar marcado por cuestiones ideológicas, más que por instrumentos y políticas que garanticen la eficacia”.
El especialista del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa refirió que hay una estructura democrática que lleva a cabo la planeación, pero está debilitada por la reducción del aparato burocrático, lo cual puede repercutir en el desarrollo de las áreas de la salud, laboral o cultural.
El doctor Carlos Aguilar Astorga sostuvo que se trata de garantizar un trabajo digno como potencializador de los demás derechos –a la vivienda y al agua, entre otros– para desencadenar una serie de elementos que impacte en el ingreso ciudadano e incluya a todos los pobladores, pues la recuperación del empleo es central y demanda coordinación política que regule los sectores público, social y privado.
El investigador del Departamento de Procesos Sociales de la Unidad Lerma subrayó que para lograrlo debe implementarse una estrategia más agresiva de parte del sector público, aunque también deberá preguntarse cuál es la función de los programas sociales en esta informalidad.
“La política social debería estar enfocada en varios sectores –trabajo, salud y vivienda– pero también considerar niveles etarios concretos y las perspectivas de género, infancia, juventudes, interculturalidad, diversidad sexual, incapacidad y todas las formas vulnerables”, aseveró.
El doctor Ángel Mundo López, miembro del Departamento de Relaciones Sociales de la Unidad Xochimilco, recordó que el Plan Nacional de Desarrollo reconoce que si bien 75 por ciento de la población habita en entornos urbanos, este proceso ha sido demasiado inequitativo y la mayor parte se asienta en zonas periféricas con acceso limitado a infraestructura y espacios recreativos.
“Aunque hay déficit de vivienda, la preocupación está en aquellas rentadas, pues uno de los problemas es el desalojo y entre las consecuencias de la pandemia, la disposición de quedarse en casa resulta mucho más difícil para las personas que no cuentan” con una casa.
Una contradicción es que los recursos destinados el año pasado a la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) para la remodelación, ahora se dirijan al programa de mejoramiento barrial, lo cual “deja un vacío en todas estas acciones, ya que la propia autoridad ha reconocido que lo que se necesita no es crear casas, sino mejorar las que ya existen”.
El doctor Rafael Calderón Contreras, docente del Departamento de Ciencias Sociales de la Unidad Cuajimalpa, advirtió que la emergencia por el COVID-19 tiene un origen en la degradación medioambiental, por lo que es sumamente importante atender las secuelas socioecológicas y sistémicas para entender cómo se puede reactivar, no sólo la sociedad mexicana sino la del mundo y también considerar la crisis como una oportunidad de transformar el desarrollo futuro.
El panel ¿Cómo reactivar a la sociedad mexicana para salir de la crisis de la pandemia? inauguró las actividades de la página www.foroscshuam.mx/ y estuvo moderado por la doctora María del Pilar Berrios Navarro, profesora de la Unidad Xochimilco.
Foros CSH UAM –un esfuerzo de las divisiones de Ciencias Sociales y Humanidades de las cinco unidades de la Casa abierta al tiempo– busca aportar a la discusión de asuntos que contribuyan a repensar la planeación, los recursos públicos, la contribución de la sociedad civil, los referentes del desarrollo, los derechos humanos, la democracia y la sustentabilidad.
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