Por: Redacción/
Las ciudades inteligentes sólo pueden existir en sociedades con buen funcionamiento en lo estructural y lo social, afirmó el licenciado Luis Fernando Graham Velver, director de Movilidad y Transporte del estado de Puebla.
Durante el seminario Construyendo Ciudades Inteligentes, convocado por la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el funcionario estatal mencionó que desde 2007 el mundo tiene más población urbana que rural: en 2009, 3.4 billones de habitantes vivían en ciudades y está proyectado que para 2050, 6.4 billones vivan en metrópolis, por lo que es necesario imponer un orden.
Al dictar la ponencia SmartPuebla: movilidad y seguridad vial en la ciudad inteligente, en el Centro de Difusión Cultural Casa Rafael Galván de la UAM, mencionó que para denominar a una ciudad inteligente no sólo es importante la tecnología, también un mejor funcionamiento social y estructural.
La dependencia a su cargo trabaja en dos de las principales problemáticas que se presentan en todo el país: la vialidad y el transporte, y desde su perspectiva los gobiernos los han abordado de manera errónea, pues siempre han puesto al automóvil particular como prioridad, al crearse viaductos elevados, puentes peatonales, amplios carriles y grandes autopistas urbanas.
Sin embargo, Graham Velver dijo que lo primero debería ser el peatón, seguido de la bicicleta, el transporte público, el de carga y al final los autos y motocicletas particulares.
El funcionario estatal indicó que a partir de este principio de orden en el estado de Puebla han implementado las fotomultas, que si bien han generado gran controversia entre los ciudadanos, igualmente han reducido accidentes y muertes provocadas por exceso de velocidad.
Los recursos recabados por las infracciones han sido utilizados en la generación de investigación para mejorar la vialidad y también han servido para brindar mayor vigilancia en las calles.
También crearon cruceros inteligentes –para detectar y multar a automovilistas por usar el teléfono celular o conducir sin cinturón de seguridad– que consistieron en la reducción de carriles para automóviles, la implementación de áreas verdes, cebras más grandes de cruce de peatones y carriles exclusivos de bicicletas, lo que contribuyó a reducir los riesgos para el peatón y, aunque no era el objetivo, la vialidad también se agilizó.
El maestro Emmanuel Eveno, académico de la Universidad de Toulouse, Francia, expuso que tanto el avance tecnológico como la transición urbana, digital y ecológica influyen en el desarrollo de las grandes metrópolis.
Sin embargo, el especialista reconoció la dificultad para definir los componentes que generan una urbe inteligente, pues en principio se trata de objetos sin vida y sin capacidad de raciocinio.
La luchadora feminista Samanta Camacho Guadarrama advirtió que todas las transiciones mencionadas se ven desde una posición de poder y son herramientas de control social. Desde la invención de las computadoras todo ha avanzado a una velocidad desproporcionada.
La información y toda relación humana se han digitalizado y los límites entre lo público y privado se desvanecen, por lo que resulta primordial que exista un orden y que mediante leyes se obligue a las empresas a hacer público con qué información cuentan y qué hacen con ella, además de que cada individuo tenga la oportunidad de borrar datos cuando así lo requiera, concluyó.
El Seminario Construyendo ciudades inteligentes fue organizado por el Observatorio de las Ciudades en Transición, Proyecto del Laboratorio de las Ciudades en Transición (LABCIT) de la Unidad Cuajimalpa.
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