Por: Redacción/
Si en un futuro próximo Estados Unidos decide imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio, la Secretaría de Economía (SE) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) deben responder con tarifas compensatorias a la comercialización de acero estadounidense en México, en por lo menos la misma magnitud en que México pudiera ser afectado por tarifas o barreras comerciales impuestas por Estados Unidos, como una medida efectiva y de largo plazo para subsanar los efectos que éstas pudieran ocasionar sobre la planta productiva y el empleo nacionales, propuso la senadora panista Silvia Garza Galván .
Mediante un punto de acuerdo, la legisladora por Coahuila exhortó también a la SE y a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a implementar las acciones necesarias para proteger a la industria siderúrgica nacional, evitando que México sea parte de la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial (disposición que establece aranceles del 25% a las importaciones de acero y del 10% a las importaciones de aluminio a Estados Unidos).
Asimismo, pidió a la SE y a la SRE promover una iniciativa ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), para definir a las industrias acereras provenientes de países con prácticas desleales de comercio y producción, particularmente de China, como industrias pertenecientes a “economías no de mercado”, y sujetas a reglas de comercio y financieras específicas y/o de excepción.
“El gobierno chino ha favorecido a su industria nacional del acero a través de tres prácticas totalmente ajenas a la justa competencia”, expuso.
Señaló que, de conformidad con la sección 15 del Protocolo de Adhesión de China a la OMC, China puede ser tratada como una “economía no de mercado”, con implicaciones importantes en los procedimientos antidumping.
Apuntó que el rápido crecimiento de la demanda mundial de acero ha provocado que los productores nacionales se enfrenten a presiones sobre las materias primas y sus precios.
“Según las características específicas de la industria siderúrgica, el desafío clave actual no es simplemente mejorar las técnicas de producción, sino enfrentar incertidumbre en su cadena de suministro y el acceso a mercados, lo que puede generar incertidumbre en las materias primas, la demanda de comercialización y el precio del producto”, subrayó.
Garza Galván recordó que el pasado 1 de marzo la administración de Estados Unidos decidió imponer aranceles del 25 por ciento a las importaciones de acero y del 10 por ciento a las importaciones de aluminio, provenientes de todo el mundo, bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial.
“La resolución del gobierno norteamericano de impulsar un comercio administrado del acero y el aluminio vía aranceles pone en grave riesgo el ciclo de producción-distribución en la industria acerera, afecta las cadenas de suministro y los flujos de capital que la industria requiere y modifica los escenarios macroeconómicos en aquellas industrias para las que el acero es insumo primordial”, resaltó.
Además, continuó, supone riesgos geopolíticos y comerciales de amplia magnitud, por lo cual los socios estratégicos de Estados Unidos en Europa, Norteamérica y Latinoamérica han expresado su total rechazo a estas medidas, ya que el efecto final será no sólo económico, alterando las buenas previsiones para este año y el próximo, sino político.
Expuso que México ocupa el lugar 13 del mundo en producción de acero, representando el 1.1 del mercado global y que, en relación con otros países de Latinoamérica, la industria del acero ocupa el segundo lugar de producción, sólo superado por Brasil, acaparando del 31.5 por ciento del mercado.
“Lo anterior nos habla de la importancia económica y social de la industria del acero en nuestro país; los representantes de la industria del acero han expresado su preocupación ante la decisión de la administración estadounidense, llamando a que México sea excluido de la Sección 232, a fin de evitar una guerra comercial que afectaría a las cadenas productivas de ambos países”, puntualizó.
Los riesgos que plantea una posición proteccionista de Estados Unidos comprometen la viabilidad económica del sector, la planta laboral que de ella depende y puede romper con cadenas comerciales e industriales vitales para la economía nacional, expuso.
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