Por: Redacción
Con el objetivo de establecer una campaña de información y difusión a nivel nacional para erradicar la hepatitis C, el Senado de la República exhortó a la Secretaría de Salud (SSA) a establecer un grupo de trabajo interinstitucional, para coordinar las acciones de atención y prevención del virus.
Considerada un problema de salud pública, por el número de casos reportados en los últimos años, la hepatopatía ocupa el cuarto lugar como causa de muerte, después de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes mellitus.
La forma más común de contagio de la hepatitis C es la transmisión por la vía sanguínea y, de manera secundaria, la sexual y la perinatal. En México, se estima que su prevalencia es de aproximadamente 1.4 por ciento de la población total, es decir, alrededor de 1.6 millones de personas pueden estar infectadas.
Diversos estudios reportan que entre 60 y 85 por ciento de los individuos que sufren la infección tienden a la cronicidad y, por lo tanto, esta enfermedad posee un alto riesgo de evolucionar a la cirrosis hepática y al cáncer primario de hígado.
El costo de atención oscila en alrededor de 35 mil pesos mensuales por persona; en la población femenina, la cirrosis y otras patologías hepáticas crónicas ocasionaron seis mil 714 fallecimientos, lo que representa una tasa de 12.5 por cada cien mil mujeres, lo que la ubica en octavo lugar como causa de muerte.
Entre los hombres, la cirrosis y otras enfermedades hepáticas son la tercera causa de muerte, con 20 mil 848 decesos anuales y una tasa de 39.4 por cada cien mil, con lo que se ubica sólo después de los padecimientos cardiovasculares y la diabetes.
Esta patología causa inflamación en el hígado, produciendo fibrosis, cirrosis, cáncer hepático y pasado el tiempo la muerte. Dicha enfermedad suele ser asintomática, detectándose hasta que su desarrollo está en un período avanzado o bien en su etapa aguda.
El costo de la hepatitis C y otras enfermedades asociadas, representan una fuerte carga económica para la sociedad, ya que quienes contraen la infección son, en su mayoría, personas en edad laboral, lo que incide directamente sobre su productividad y calidad de vida.
Por ello, el dictamen del Senado, aprobado en la sesión ordinaria del pasado 20 de octubre, advierte que es necesario establecer un grupo de trabajo que articule una política pública a nivel nacional y que coordine esfuerzos de las áreas, entidades e instituciones federales involucradas en la prevención y atención de la hepatitis C.
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