- Las cartas de George, mayormente destinadas a la activista afroamericana Angela Davis, muestra la belleza de las reflexiones de un hombre lleno de coraje que sabe su destino, pero también esa cara cruel de un sistema que emplea diferentes formas para violentar a un sector de la sociedad y normalizar esa violencia hasta hacer creer al otro que permanecer vivo “resulta ya una prueba penosa”.
Por: César Dorado/
El afroamericano George Jackson tenía 19 años cuando fue declarado culpable por el robo a mano armada de 70 dólares en una gasolinera y sentenciado a un “periodo intermedio” de un año a cadena perpetua en la prisión de Soledad, California (Correctional Training Facility) centro penitenciario que actualmente cuenta con una sobrepoblación del 136% de acuerdo al Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California de la División de Investigación de Políticas Correccionales y Supervisión Interna.
A través de una serie de cartas-de las cuales muchas no lograron llegar a su destino por el discurso antirracista que manejaban y eran interceptadas por los oficiales-Jackson relata su estancia en la prisión de Soledad, donde reflexiona sobre su condición como negro en Estados Unidos, llegando a escribir premisas como “si un negro nacido en USA tiene la suerte de sobreasar los 18 años, está condicionado a considerar la prisión como un hecho indiscutible de su vida” con un análisis sobre cómo es que el racismo, a través del sistema capitalista, los sistemas judiciales y la sociedad en sí, son los factores principales que someten a la comunidad afroamericana moderna.
Desde su perspectiva como marginado social, Jackson analiza poco a poco cómo es que desde la educación familiar hasta la religiosa pueden llegar a ser formas de dominación para los “Brothers” (adjetivo que utiliza George para referirse a toda la comunidad negra) y que estos sean percibidos, por imposiciones históricas, como delincuentes, pero que él analiza en su encierro para poder desmantelar esos ideales con ejemplos de luchadores sociales como George “Big Lake”, Lewis y James Carr, W.L. Nolen, entre otros.
“Nuestra intención era transformar la mentalidad criminal negra en una mentalidad revolucionaria negra” escribe el autor, mientras desgarradoramente va vaciando su pluma en textos que reprochan a sus padres el por qué ellos se dejaron someter por los blancos racistas y los “cerdos” (adjetivo despectivo que utiliza Jackson para referirse a los policías) mismos que lo sometieron a él y que, encerrado en sus propias ideas, lo llevan a pensar que la vida para él, en su condición de afroamericano, ya es lamentable porque aunque “la calamidad” haya endurecido su espíritu y lo haya vuelto de acero, se puede ir leyendo a un Jackson devastado que ve imposible la pena de muerte, pues a él ya se le ha asignado la “pena de vida”.
“Los apologistas reconocen que estos lugares están manejados por el terror absoluto, pero ello justifica los excesos de los cerdos con el argumento de que nosotros vivimos al marguen de cualquier código de conducta civilizada”. Dentro de estas ideas, se ve la evolución de un George Jackson que, inundado de rencor, miedo y las lecturas de Marx, Lenin, Engels, Trostki y Mao se va perdiendo en la locura de tener que estar encerrado en una celda con la esperanza de salir algún día y transformar el mundo y esa “política absoluta a manos de idiotas”.
Jackson arrastra la miseria vivida en un mundo inhumanamente racista que, al llegar a prisión, lo llevó a tomar una toma de consciencia temerosa pero firme y rebelde. El novelista francés Jean Genet explica en Soledad Brothers, que la prisión “provocó en Jackson una toma de conciencia de la profundidad del fenómeno racista de que era víctima escogida y lo inclinó a aceptarse como un revolucionario”.
Las cartas de George, mayormente destinadas a la activista afroamericana Angela Davis, muestra la belleza de las reflexiones de un hombre lleno de coraje que sabe su destino, pero también esa cara cruel de un sistema que emplea diferentes formas para violentar a un sector de la sociedad y normalizar esa violencia hasta hacer creer al otro que “hemos perdido el control de las circunstancias que rodean nuestras vidas” y que permanecer vivo “resulta ya una prueba penosa” pero que vale la pena relatar, pues hasta ahora, el racismo sigue siendo un problema sin resolver.
El racismo y las manifestaciones
Los años sesenta representan en la historia una de las décadas más importantes para la población afroamericana pues, desde el nacimiento del Black Is beautiful y la eliminación de las clasificaciones de personas negras como Darkins, Browskins, entre otros , la lucha ha sido una constante que ahora, trans la muerte de hombres como George Floyd, el ataque a Jacob Blake y el mas reciente asesinato de Daniel Prude, hombre con problemas mentales que fue asfixiado por la policía de Nueva York, han hecho que el tema del racismo sea uno de los más relevantes en Estados Unidos, quien en medio de la pandemia por Covid-19 y en tiempo de elecciones, ve sus calles inundadas de personas que se oponen a las actitudes racistas de la población, los policías y hasta el presidente.
El movimiento Black Lives Matter ha hecho que desde sus primeras manifestaciones en mayo de 2020 el tema del racismo sea uno de los más prolíferos a nivel internacional, pues cada vez se más la frustración de ciertos sectores de la población que reflexionan sobre el racismo.
Los casos de Floyd, Blake y Prude son un ejemplo de esas formas en las que se puede manifestar el racismo, en este caso, a través de la misma violencia que sufrió George Jackson y que describe en la obra de Soledad Brothers, ya que los policías son los protagonistas de los atentados, algo que manifiesta el poco progreso en materia racial del país vecino.
De acuerdo a un estudio del Pew Research Center del 2019, dice que “la mayoría de los adultos estadounidenses dicen que el legado de la esclavitud continúa teniendo un impacto en la posición de los negros en la sociedad estadounidense actual”, mientras que cuatro de cada diez afirman que el país no ha progresado lo suficiente hacia la igualdad racial, y existe cierto escepticismo, particularmente entre los negros, de que ellos alguna vez tendrán los mismos derechos que los blancos.
En el tema de seguridad, en su estudio sobre “10 cosas sobre la raza y la policía en los EE. UU.”, Pew Research Center, confirma que el 84% de los adultos negros dijeron que “al tratar con la policía, los negros generalmente son tratados con menos justicia que los blancos”, y el 63% de los blancos encuestados confirmo esa información.
Los asesinatos a afroamericanos y las manifestaciones del Black Lives Metter han captado la atención de la opinión pública en Estados Unidos, quien cada más se solidariza más y de manifiesta en contra de que se ataque de esa manera. Los afroamericanos representan el 17% de los que dicen haber asistido a una protesta, los hispanos un 22% y del 64% de la población blanca que habita en Estados Unidos, el 46% dijo haber asistido a una manifestación centrada en la raza.
Los ataques y las manifestaciones han ido creciendo constantemente en diversos territorios de USA, muestra de una sociedad consciente de esta problemática y que demanda que de una vez se comience a erradicar las formas de violencia racista que imperan en aquel país.
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