Por: Redacción
Sin universidad pública, autónoma, responsable, crítica y comprometida, los horizontes son sombríos. Sin educación no hay nación con porvenir, afirmó Francisco Bolívar Zapata, investigador emérito de la UNAM.
Al ser investido como doctor honoris causa por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), el fundador e investigador del Instituto de Biotecnología (IBt) sostuvo que la grandeza de nuestro país y la riqueza de la nación se desplegarán en la medida en que las decisiones que tomen ciudadanos y gobernantes estén sustentadas en el conocimiento científico y alentadas por la profundidad crítica.
Nuestras universidades públicas y autónomas son fundamentales para lograr el propósito de la educación superior pertinente. Son esenciales y estratégicas para el desarrollo de un país más justo. Sin embargo, los esfuerzos recientes para consolidar a esas instituciones no han sido suficientes. “Hay que seguir insistiendo”, subrayó el ganador de los premios Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (1991) y Nacional de Ciencias y Artes (1992).
Una estrategia vital para una nación soberana debe tener un esfuerzo importante para lograr que la ciencia participe en la atención de los problemas, se convierta en palanca de desarrollo y así se incorpore en la vida y la cultura.
Luego de calificar como un privilegio formar parte de la Universidad Nacional, agradeció a la UAEM “esta distinción extraordinaria, este doctorado honoris causa que me liga aún más con esta casa de estudios”.
En sesión solemne del Consejo Universitario de la institución morelense, su rector, Jesús Alejandro Vera Jiménez, destacó que Bolívar Zapata es uno de los científicos mexicanos con mayor reconocimiento mundial por sus aportes a la salud y a la ciencia genómica.
Al investirlo, se enaltece una trayectoria trascendente de vida académica y de pasión por la investigación, la docencia y los valores que dan sentido y significado a la universidad pública y autónoma, resaltó.
“La aceptación del galardón nos honra por el apoyo que le ha brindado a la UAEM. Su participación como integrante y presidente de la Junta de Gobierno de esta universidad es un legado de compromiso en favor de la defensa de la autonomía universitaria”, expuso.
En el auditorio Emiliano Zapata de la universidad morelense, su secretaria general, Patricia Castillo España, recordó que en sesión extraordinaria del Consejo Universitario del 20 de octubre de 2014, se acordó por unanimidad la entrega del doctorado honoris causa a Bolívar Zapata, por sus aportaciones al desarrollo de la ciencia.
Se trata de uno de los científicos más importantes y prolíficos del país. Pionero a nivel mundial en el área de la biología molecular y de la biotecnología, se le atribuye el uso clínico de la insulina de origen transgénico, que se emplea para contender contra la diabetes.
Su labor en el área de la investigación aplicada y desarrollo tecnológico ha dado lugar a publicaciones científicas y de divulgación, patentes, desarrollo y transferencia de tecnología, precisó.
Al hacer la semblanza del galardonado, Iván Martínez, director interino del Centro de Investigación en Dinámica Celular de la UAEM, refirió que al aislar, modificar y trasplantar genes de un organismo a otro, y por lo tanto transferir nuevas características genéticas al organismo receptor, fundó la biotecnología moderna y gestó un legado de alto impacto que trascenderá.
Francisco Bolívar Zapata (Ciudad de México, 1948) realizó estudios de licenciatura en Química. Sus padres forjaron en él a un hombre de ciencia, impulsado por la responsabilidad de su legado familiar. Cursó su maestría y doctorado en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.
Formó parte de la revolución que conmocionó al mundo científico en los años 70, que fue la ingeniería genética sustentada en la biología molecular. En 1977, durante su formación posdoctoral en la Universidad de California en San Francisco, publicó un artículo producto del trabajo de diseño y expresión del ADN, donde describe cómo proyectó y construyó el primer vehículo versátil que permitió la clonación y expresión de genes de diferentes organismos.
Más tarde, se dio a la tarea de instituir en México un centro de investigación dedicado a las nacientes técnicas de la biotecnología moderna. Logró establecer, en 1982, el Centro de Investigación sobre Ingeniería Genética y Biotecnología, hoy IBt, con sede en Cuernavaca.
A la ceremonia asistieron el coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, William Lee, y Octavio Tonatiuh Ramírez, director del IBt.
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