Por: Charlie / @greysmagno

Ser madre tiene una infinidad de significados, conlleva experiencias, sentimientos, emociones, situaciones y también aprendizajes. La relevancia de esta figura que educa, ama y guía tiene reconocimiento a nivel mundial, es por ello que se adopta un día determinado para su celebración. En México, el 10 de mayo es la fecha en que se festeja a la figura materna.
Si bien esta figura forma parte de la familia, en ocasiones puede que sea la única que la conforme. Es decir, existen las madres solteras, viudas, divorciadas y esto, aunque a veces se crea, no resulta ser un obstáculo. Pero también se encuentran las familias conformadas por dos madres, a las cuales se les denomina lesbomaternales.

Según un esquema realizado por la Escuela Nacional de Trabajo Social, perteneciente a la UNAM, esta composición familiar se divide en tres rubros:

• Una mamá: Madre soltera por decisión, o porque se separó, divorció o enviudó; lesbiana o bisexual.
• Dos mamás: Pareja que decide comaternar, es decir, criar hijos e hijas de forma conjunta.
• Familia reconstituida: Cuando alguna de las dos mujeres o ambas, tienen hijos o hijas de relaciones previas, pudiendo ejercer la maternidad por opción con los hijos y las hijas de la pareja.

Aunque estas divisiones se encuentren explicadas de manera general, lo que se busca exponer es cómo se puede conformar un núcleo familiar sin la necesidad de que las figuras padre-madre sean las únicas. Sin embargo, en México a pesar de que ya hay reconocimiento a estas uniones y estructuras, socialmente aún tienen impedimentos o prejuicios que deben superarse para evitar la discriminación.

Los primeros pasos

Aunque la homosexualidad ya fuera un tema reconocido, era difícil tratarlo abiertamente y mucho menos se esperaba que estos grupos quisieran formar una vida con su pareja y con hijos. Pero los primeros pasos se dieron durante la década de los ochenta, donde diversas mujeres buscaban alternativas para ejercer la maternidad.

En 1986 se crea el Grupo de Madres Lesbianas (Grumale), donde una de las fundadoras, establecía una relación con una pareja que ya tenía hijos. La asociación trataba de buscar soluciones para asuntos específicos relacionados con hijos de madres lesbianas. Sin embargo, se disolvió después del encuentro Lésbico-Feminista de América Latina y el Caribe, pues el interés comenzó a disuadirse y en 1989 se termina por completo.

En el año de 1995, Grumale retoma su camino, y se lleva a cabo el Primer Encuentro Nacional de Madres Lesbianas de México, donde las reuniones tocaban temas acerca de las dificultades que enfrentaban al ser madres lesbianas. Buscaban alternativas para implementar la cultura sobre la maternidad lésbica, grupos de apoyo y la lucha por sus derechos. Actualmente, el grupo da asesorías personalizadas para los casos.

Ya en la década de los 2000, surge el Círculo de Familias Diversas (2008), donde ya no sólo es exclusivo para lesbianas, sino que también integra a familias conformadas por varones homosexuales. Los pertenecientes a esta asociación fomentan la creación de vínculos de convivencia para sus hijos, de esta forma el desarrollo que tienen es una comunidad que no discrimina.

Y con el fácil acceso y difusión en redes sociales, comenzaron a generarse grupos en distintas partes de la república mexicana. Una de las más reconocidas es la Red de Madres Lesbianas en México, la cual se dedica a que madres lesbianas encuentren apoyos de instituciones o de otras madres para establecer contacto de una forma cercana y presencial, si es que lo desean. En el 2013 ya contaban con la participación de al menos 320 integrantes.


Evidentemente, han surgido más grupos de apoyo, éstos permiten que la comunidad lésbica se sienta segura, que los miedos vayan desvaneciéndose y se atrevan a formar una vida en familia. La lucha por los derechos, discriminación y que los obstáculos que se vayan presentando sean resueltos por una comunidad que no sólo sea reconocida sino aceptada institucional y socialmente.

Las Leyes las respaldan

Y en el ámbito gubernamental, leyes y reformas se han ido estructurando para proteger los derechos de personas homosexuales así como los vínculos familiares respecto a hijos.

En el mes de mayo de 2016, el presidente Enrique Peña Nieto presenta una iniciativa con la finalidad de que se reformara el artículo 4 constitucional así como disposiciones del Código Civil Federal para garantizar igualdad y no discriminación a la comunidad de Lésbico Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexuales (LGBTTTI).

Dentro de las modificaciones al Código Civil, se establecían cuatro apartados: matrimonio igualitario, igualdad de condiciones para adopción, garantización de la equidad de género y el divorcio sin expresión de causa.

No sólo resulta un gran paso para las uniones en el ámbito matrimonial, sino que se plantea la posibilidad de que se forjen familias homoparentales. Ante esto, el mandatario expresa “Negar el derecho a ser adoptado a un niño o a una niña por el sólo hecho de la orientación sexual de las personas adoptantes, deriva en una conducta discriminatoria, tanto para ellas, como para el propio niño o niña que pretende ser adoptado, pues se les desconoce su derecho a tener una familia”.

Y lo único que se debía realizar para ser candidato a adoptar “es que ofrezcan las condiciones necesarias para su cuidado y desarrollo, y representen su mejor opción de vida”. Por fin se establecía un cambio para que se pudiera reconocer ante la ley la adopción por parte de parejas homosexuales.

Sin embargo, esto devino en una serie de manifestaciones de grupos conservadores, recordemos el caso del Frente Nacional por la Familia, que representaba la unión de más de mil organizaciones para evitar la reforma que Peña Nieto ya había implementado.

El cambio social puede generarse con la transformación política. Cada vez hay más organismos que orientan a familias que sufren de discriminación, hay programas que ayudan a la comunidad lésbica para luchar por sus derechos y resolver aquellas inquietudes o se resuelvan sus casos.

Sin duda, ser mamá es difícil, pero se convierte en algo más complejo cuando se tiene que luchar por serlo, por hacer que la sociedad acepte que es un rol que no merece estereotipos ni debe cerrarse a una situación sentimental donde los sexos deban ser opuestos. Ser madre lesbiana representa un orgullo no sólo por ser madre, sino por lo que se tuvo que hacer para convertirse en ella. Y si tú formas parte de esto… ¡Feliz día, mamá!