En la educación y la cultura está el secreto de la humanidad, para ser mejores como personas y como sociedades. Sin la primera no construimos futuro individual ni colectivamente, estableció el rector de la UNAM, José Narro Robles.
En la ceremonia de apertura del ciclo escolar 2015-2016, señaló que en México nos falta mucho por hacer; el rezago educativo es grande, y ante esa realidad, la Universidad Nacional ha hecho grandes esfuerzos por incrementar su matrícula.
Ésta es una institución orgullosamente pública y masiva, pero con los más altos estándares de calidad; es consustancial al trabajo académico y una exigencia para todos sus integrantes, sostuvo.
En la UNAM, expresó el rector, los nuevos estudiantes obtendrán la preparación en los conocimientos necesarios para ejercer su profesión; “buscamos también reforzar y educar en valores y principios. Formamos individuos íntegros, con conciencia social y pensamiento crítico abierto, personas interesadas en la sociedad, conscientes de los problemas de los menos favorecidos, personas solidarias y generosas, ciudadanos orgullosos de nuestro país”.
México enfrenta problemas serios; sin embargo, la grandeza de nuestra historia y la fuerza de nuestro presente deben animarnos. Nos toca enfrentar las dolorosas realidades, tomar la determinación y actuar con toda convicción, sentenció.
“Les pido –dijo a los alumnos- que crean en el poder del trabajo y el estudio, que confíen en la grandeza de México y sus instituciones, que comprometan en su preparación el esfuerzo que los ha traído hasta este día; les pido que entre todos construyamos una gran alianza para la superación y la solución de los problemas que afectan al país”, resumió.
En tanto, Juliana González Valenzuela, profesora emérita de la Facultad de Filosofía y Letras, indicó que la Universidad Nacional es una comunidad única en múltiples sentidos: por su tradición y enorme potencial educativo y creativo, por su prestigiada planta académica de profesores, investigadores y técnicos académicos; por la excelencia con que se cultivan aquí todos los campos de la cultura universal y nacional, y por sus notables espacios de trabajo e instalaciones.
Algunos de los más relevantes valores esenciales que orientan y encauzan la vida universitaria son justicia, solidaridad, respeto, tolerancia, racionalidad, objetividad, responsabilidad social y ambiental, convivencia pacífica, no discriminación, libertad de pensamiento y expresión, los cuales son como “guías interiores que contribuyen a la formación de nuestro carácter moral, de nuestro modo de ser, y la realización ética que habrá de cumplirnos internamente y que habrá de darnos verdadera felicidad”.
Ustedes, expresó a los estudiantes, podrán participar creativamente en el rumbo que tomará el futuro y, quizá más que nunca, deberán ser defensores de estos cauces verdaderamente humanos por donde habrá de discurrir el porvenir; porque es un hecho que a ustedes les tocará enfrentar, quizá con más intensidad y responsabilidad, al menos dos de las grandes crisis que nos amenazan y que requieren ser solucionadas: la desigualdad humana y la originada por la devastación del planeta.
Antonio Avilix Hernández Cortés, alumno de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) plantel 9 Pedro de Alba, quien obtuvo 128 aciertos en el examen al bachillerato, relató que se preparó para presentarse al concurso de ingreso, pero “no me desgasté estudiando exhaustivamente; en realidad tuve una preparación como los demás”.
Al obtener la puntuación más alta y no haber registrado un solo error “sentí alegría y emoción, nunca imaginé que mi examen sería impecable. Lo mejor para mí, lo verdaderamente importante era estar destinado a formar parte de una institución como la ENP y la UNAM, donde el crecimiento personal puede ser infinito”.
Daniela Stephania Camacho Sosa, alumna de Derecho en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, con 115 aciertos en el examen de ingreso a la licenciatura, expuso que los nuevos universitarios inician uno de los proyectos más importantes de su vida: el estudio de una carrera, etapa donde “tendremos la oportunidad de conquistar nuevas metas, sueños y retos que podremos llevar a cabo en la máxima casa de estudios de nuestro país”.
Hoy, acotó, uno mi voz con la de mis compañeros para decir con orgullo: gracias UNAM, por darme esta incomparable oportunidad de crecer dentro de tus paredes, de recrearme en tus planteles, caerme y levantarme dentro de tu suelo.
A la ceremonia, asistieron Irene Cruz González Espinosa, presidenta en turno de la Junta de Gobierno; José María Zubiría Maqueo, vicepresidente del Patronato Universitario; los exrectores Guillermo Soberón Acevedo, Octavio Rivero Serrano y Francisco Barnés de Castro, así como Eduardo Bárzana García, secretario General de la UNAM.
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