Por: Redacción/
Los jóvenes dedican al ocio y al entretenimiento la mayoría del tiempo en línea, y sólo siete por ciento utiliza una red social para la discusión política, precisó el doctor Enrique Cuna Pérez, académico del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Durante el Foro Juventud y política, organizado por estudiantes de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Azcapotzalco, el investigador consideró que existen cinco falacias construidas respecto de los jóvenes en torno a los procesos electorales.
Este segmento de la población es más participativo ahora que en el pasado; va a definir el voto; practica formas de participación más duras y profundas por lo que ha modificado la cultura política ciudadana; es el factor de cambio político mundial, y usa las redes sociales como un nuevo espacio público de debate, discusión, difusión y generación de participación.
Estas falsedades se deben a que en la mayoría de los casos al hablar de ellos se piensa en universitarios, escolarizados, informados, urbanizados, de clase media y alta, y con acceso a fuentes diferenciadas, sin embargo, representan sólo una minoría, “muchas veces sin presencia ni importancia”, en contraste con indígenas que no tienen trabajo ni bienestar.
Según el último informe del Instituto Federal de Telecomunicaciones en 2017, 77 por ciento de los adolescentes tiene Facebook y 90 por ciento teléfono celular, en su mayoría con acceso a Internet, no obstante, la totalidad del tiempo lo consagra al esparcimiento, precisó.
El miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I, consideró que la participación de ese sector debe cobrar mayor importancia y visibilidad en movimientos sociales, asociaciones políticas, civiles y filantrópicas, ya que en los partidos políticos suelen incidir como simpatizantes y militantes, pero no necesariamente ofrecen un ejercicio crítico.
El doctor Mario Guillermo González Rubí, profesor-investigador del Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco, indicó que la juventud utiliza medios inmediatos y cotidianos para debatir y discutir sobre lo que sucede en el proceso electoral.
Esa parte de la población tiene la posibilidad de comentar un fenómeno al mismo tiempo en que ocurre, incluso los movimientos sociales –muchos de los cuales se generan en las redes sociales– obtienen respuestas veloces y logran que la información llegue al momento y sin intermediarios.
Los adolescentes han logrado traspasar los poderes fácticos –aquellos que participan en la definición de las reglas del juego electoral– y llevar el verdadero debate a los medios digitales, por ejemplo, “en los transmitidos el 22 de abril y el 20 mayo por televisión han tenido poco efecto en el movimiento de las encuestas electorales”.
El docente aseguró que “la diferencia es que esas campañas en televisión ya no tienen un gran efecto, pues hay una contestación inmediata de la sociedad por la manera en que se comunican los jóvenes”.
En las votaciones del 1 de julio la juventud será un sector determinante debido a que están cambiando las reglas informales de participación, aunque es preocupante que las formas difusas pero con más impacto que se tienen alrededor de las redes sociales, sean las que determinen su contribución, concluyó.
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