- “Senado apoyará reclamo de México y Canadá para que Estados Unidos interprete correctamente las reglas de origen del sector”, sostuvo la senadora Claudia Ruiz Massieu.
Por: Redacción/
Las y los integrantes de la Comisión Especial de Seguimiento a la Implementación del T-MEC, que preside la senadora Claudia Ruiz Massieu Salinas, sostuvieron una reunión con José Zozaya, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), para revisar el estado del sector ante la entrada en vigor del nuevo tratado comercial.
Ruiz Massieu aseveró que la industria automotriz es una de las más importantes para la economía mexicana, lo cual es resultado de la integración regional plasmada en los tratados comerciales.
La legisladora dijo que este sector debe acercarse a las instituciones de educación superior para ayudar a formar nuevos técnicos, profesionales e ingenieros que necesitará México ante la nueva disrupción tecnológica.
Como senadoras y senadores, subrayó, debemos acompañar al gobierno de México y al sector automotriz, desde nuestro ámbito de atribuciones, para que el T-MEC se aplique correctamente y sea una herramienta de desarrollo para las y los mexicanos.
En ese sentido, aseguró que apoyarán el reclamo de México y Canadá para que Estados Unidos interprete correctamente las reglas de origen.
El presidente ejecutivo de la AMIA, José Zozaya, informó que el ramo es el primer generador de divisas para nuestro país. Además, detalló, México es el cuarto mayor exportador de automóviles ligeros y el séptimo fabricante de vehículos a nivel mundial.
Recordó que el nuevo acuerdo comercial contiene nuevas reglas de origen para vehículos motorizados, que requieren una cantidad específica de contenido norteamericano en el vehículo final.
El T-MEC eleva los requisitos de valor de contenido regional a 75 por ciento para los automóviles, en comparación con 62.5 por ciento del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, antecesor del T-MEC), puntualizó.
En ese tenor, recordó que México y Canadá iniciaron un panel de solución de controversias contra Estados Unidos, con el argumento de que anula o menoscaba los beneficios que esperaban recibir del T-MEC, con la interpretación del gobierno estadounidense de las reglas de origen de la industria automotriz.
De prevalecer la interpretación errónea de la representación comercial de Estados Unidos, obligaría a las empresas a reformular sus planes de inversión, sus programas de régimen de transición alternativo y a reconsiderar la viabilidad de éstos, denunció Zozaya.
Beatriz Paredes Rangel, senadora del PRI, consideró necesario que las multinacionales automotrices compartan una visión de la región de América del Norte, por ello, propuso establecer reuniones con los más altos directivos de estas corporaciones.
Además, sugirió que a través del Instituto Belisario Domínguez se realice un seminario sobre prospectiva de esta industria frente al nuevo paradigma tecnológico, los autos eléctricos y las plantas armadoras automatizadas.
De Morena, Bertha Alicia Carabeo Camarena, dijo que en un acuerdo bilateral las controversias son comunes, pero el diálogo es el mecanismo para solucionar y entender la nueva dinámica comercial y de infraestructura al que nos enfrentamos.
El senador Gustavo Madero Muñoz, del Grupo Plural, agregó que uno de los temas es la disrupción de la tecnología de los autos eléctricos que modificará todo el sistema de transporte, además de que tendrá una repercusión en la generación de empleos de choferes o de reparto de alimentos, como el delivery.
La senadora Gina Andrea Cruz Balckledge, del PAN, aseveró que esta industria puede apoyar a salir de la crisis económica en la que se encuentra México; además manifestó su preocupación por el daño que los “autos chocolate” generan a este sector productivo, puesto que cada vez es más común, sobre todo en la frontera, la circulación de autos procedentes con placas de Estados Unidos.
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