Por: Paola Ramos
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorizó la pesca de diversas especies marinas mediante el uso de redes no selectivas en la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, en Baja California; “situando a la vaquita [marina] en grave riesgo de extinción”, advirtió el día de hoy el Centro para la Diversidad Biológica.
A través de la aprobación de una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), la instancia autorizó a pescadores de la región realizar actividades pesqueras en la zona de amortiguamiento de la Reserva para capturar 28 especies marinas como camarón, tiburones y diversas especies de peces.
Para ello, señala la organización, se utilizan redes llamadas “chinchorros”, mismas que han puesto a la vaquita marina al borde de la extinción.
Las actividades autorizadas comenzarán una vez que concluya la veda que dio inicio el pasado mes de abril mediante la que el Gobierno Federal suspendió la pesca comercial con el uso de este tipo de redes operadas con embarcaciones menores en esa región por dos años.
Esta medida fue tomada entonces en calidad de urgente para evitar la extinción del mamífero marino más amenazado del mundo.
Mediante un comunicado, el Centro de Diversidad Biológica destacó que el Gobierno otorgó la autorización ignorando la recomendación de científicos que “han instado firmemente a que la prohibición [de la pesca] sea permanente para salvar a la especie”, de la que se estima, quedan menos de 100 ejemplares.
Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica, advirtió que la vaquita marina puede salvarse sólo si se protege a largo plazo, pues la especie necesita más de 40 años para recuperarse. No obstante –señaló–: “La Semarnat está garantizando el regreso a la utilización de redes pesqueras que han llevado a la vaquita cerca de la extinción. El gobierno mexicano debe garantizar su supervivencia en el futuro, más allá de la veda temporal”.
Con esta autorización, dijo Olivera, la Semarnat “está intentando regular un acto a futuro e incierto”, pues según la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, la instancia “debe sujetarse a las disposiciones jurídicas aplicables al otorgar las autorizaciones en materia de impacto ambiental, que es en este caso al acuerdo de veda. Con esta autorización lo único cierto es que después de la veda las amenazas para la vaquita continuarán”, concluyó.
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