Por: Redacción/
El diputado Alfredo Bejos Nicolás (PRI) aseguró que a pesar del incremento en trasplantes realizados en México, la cantidad de donantes no es progresiva; hasta el tercer trimestre del 2017, apuntó, existían más de 21 mil pacientes en espera de algún órgano, por lo que “se requiere impulsar una cultura de donación que otorgue certeza y seguridad jurídica”.
El legislador impulsa reformas a la Ley General de Salud para que la Secretaría en la materia fomente una cultura de donación de órganos, tejidos, células y cadáveres, así como lo referente a trasplantes, coordinando acciones con organizaciones de la sociedad civil y colegios de notarios, a fin de generar certeza y seguridad jurídica sobre el consentimiento expreso en el formato oficial establecido por esta Ley.
La reforma, enviada a la Comisión de Salud, establece que la donación expresa, cuando se haga ante un notario, deberá constar en el formato oficial publicado por la Secretaría de Salud o en el instrumento notarial, el cual deberá cumplir con los lineamientos y requisitos generales que señale la dependencia, a través del Centro Nacional de Trasplantes, de la misma manera cuando se manifieste el no consentimiento para ser donador.
El integrante de la Comisión de Gobernación destacó que del 2000 al 2016 se incrementó el número de trasplantes en México; en córnea se realizaron 45 mil 856, de riñón 38 mil 86, de hígado mil 781 y de corazón 448.
A pesar de este progreso, recalcó, hasta octubre de 2017 había 13 mil 633 pacientes en espera de un trasplante de riñón, 7 mil 318 de córnea, 345 de hígado, 43 de corazón y seis de páncreas, de acuerdo al Registro Nacional de Trasplantes.
Por ello, destacó la necesidad de generar una relación intersecretarial y el fortalecimiento de acciones conjuntas con la sociedad civil organizada, para impulsar la voluntad de las personas en relación con el destino de su cuerpo o partes de éste al momento de su fallecimiento.
El diputado federal por Hidalgo comentó que en los últimos 30 años la donación de órganos, tejidos y células y su utilización en trasplantes ha tenido un avance sustancial, lo que ha generado la necesidad de legislar al respecto, tomando en consideración no sólo el avance tecnológico, sino “los miramientos del principio convencional, así como cuestiones bioéticas”.
Detalló que la Organización Mundial de la Salud (OMS), preocupada por desarrollar una serie de directrices mínimas sobre el particular y procurando disminuir los riesgos posibles de esta práctica, estableció en 1991 un documento rector sobre los principios a seguir, en lo concerniente al trasplante de células, tejidos y órganos.
Como resultado de un proceso de consultas, continuó, la OMS añadió 11 principios rectores, entre ellos el que hace referencia al consentimiento de ser donador, donde detalla que compete a las autoridades nacionales definir, de conformidad con las normas éticas internacionales, el proceso de obtención y registro del consentimiento relativo a la donación de células, tejidos y órganos.
Asimismo, el modo en que se organiza la obtención de órganos en cada país y la función práctica del consentimiento como salvaguardia contra los abusos y las infracciones de la seguridad.
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