Por: Redacción/

La senadora Patricia Mercado, del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano, calificó como positivo el propósito de elaborar una Constitución Moral, como lo propone el Presidente de la República.

Sin embargo, añadió, habría que discutir el nombre, y definirla como una cartilla de derechos plasmados en la Carta Magna – económicos, culturales, laborales, políticos- porque son los principios éticos.

En la inauguración del foro “¿Es posible una Constitución Moral en una República Laica?”, cuestionó si es necesario un documento así o si la Constitución Política ya contiene los valores que desea la sociedad mexicana para convivir.

Ante el permanente riesgo de que los gobernantes abusen del poder, preguntó a los asistentes: ¿Cuál es el papel de las fuerzas políticas? ¿Construir instituciones fuertes o asegurar que sean manejadas por personas virtuosas, de acuerdo con cierta convicción moral?

Israel Zamora, senador del PVEM, dijo que el documento propuesto segrega, en la redacción, a un sector de la población que pudiera tener una corriente ideológica doctrinal diferente. Detalló que al Estado laico no sólo lo compone el gobierno, sino quienes conforman el territorio, la población y el orden jurídico. Lamentó, además, que el Gobierno federal haya hecho esa propuesta porque viola los derechos de las minorías.

Roberto Blancarte Pimentel, investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, dijo que la Constitución Moral es un gran equívoco. Uno de ellos es el nombre, porque no puede haber dos constituciones en el país.

Señaló que lo que se necesita es un código ético para todos los ciudadanos y que no sea religioso, porque hay diversas religiones y personas que no profesan ninguna. “Necesitamos leyes con las que todos estemos de acuerdo, independientemente de la moral subjetiva de cada quien. La Constitución y las leyes son la moral pública”, dijo.

José López Lobato, director general jurídico del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Guerreo, refirió que una constitución como la propuesta no es posible ni necesaria. Por ende, es inoperante.

Mariana Molina, especialista en laicidad de El Colegio de México, propuso elaborar un documento más acorde con el contexto actual, que incluya al servicio público y a la ciudadanía. No el propuesto, de 1944, que contiene conceptos como “lo verdadero”, “lo natural” y “lo bueno, en contraposición con lo malo”.

Aidé García, coordinadora de “Católicas por el derecho a decidir”, dijo que plantear esa constitución es una equivocación. Añadió que se necesitan códigos éticos y laicos que nos permitan convivir y que reconozcan las diversidades.

Abundó que la propuesta del titular del Ejecutivo Federal viola los artículos 3 y 40 de la Constitución y el artículo 25 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.

Al foro también asistieron las diputadas federales Martha Tagle, Kehila Abigail Ku Escalante, y Verónica Velazco, cofundadora de Argos Comunicación.