Por: Redacción/

“México ha perdido a uno de sus mejores hombres y la Universidad Nacional Autónoma de México a uno de sus más ilustres miembros: se nos fue Don Miguel León-Portilla”, afirmó el rector Enrique Graue Wiechers, en el homenaje nacional luctuoso al historiador, y quien dio voz a los pueblos indígenas de la nación.

En el Palacio de Bellas Artes, señaló que su partida es como la de un verdadero artista o toltécatl, que de acuerdo con la tesis doctoral del también filólogo y filósofo, eran los sabios nativos, aquéllos que componen cosas, obran hábilmente, crean, hacen todo lo bueno y hermoso.

“Con él se nos fue un toltécatl que se preparó con su intelecto para obrar con el corazón, disfrutando la vida y el conocimiento, brindando enseñanzas sabias y buenas. Se fue físicamente, pero nos deja su permanente sonrisa, su inmensa empatía por la humanidad, su libertad de pensamiento y su indomable espíritu de indagación”, expresó ante la viuda del también antropólogo, Ascensión Hernández “Chonita”; su hija, María Luisa León-Portilla; la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero; y Beatriz Gutiérrez Müeller, quien acudió al homenaje en nombre del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Tras montar la primera guardia de honor ante el féretro del autor de la “Visión de los vencidos”, el rector dijo que gracias a su ánimo de comprensión, a la tolerancia y al respeto que le caracterizaban, León-Portilla pudo entender la otredad. “Nos enseñó un camino para construir un nuevo futuro a partir del encuentro entre dos culturas de orígenes distintos, de conductas diferentes y de ánimos confrontados. Nos enseñó que del encuentro entre esos dos mundos puede nacer una nueva raza que transforme el sentido de nuestra nación”.

Graue subrayó que la comunidad de la UNAM está de luto. “Nos unimos al dolor de su esposa y de su familia, pero se queda con nosotros el universitario, maestro de generaciones, el escritor, lingüista, el historiador de historiadores, el académico indomable, el consejero, el hombre alegre, racional y justo; el defensor de nuestros orígenes, el universitario que dio voz al espíritu de nuestra raza”.

Alejandra Frausto coincidió en que el día de hoy México despidió al gran tlamatini –sabio, entre los mexicas-, un sabio generoso que supo sembrar el amor al conocimiento, pero sobre todo el amor al México diverso.

“Un estudioso que nos acercó a la filosofía, la historia, la antropología, la lingüística y la literatura de las culturas originarias de México, que dio al mundo uno de los panoramas más profundos del mundo indígena mesoamericano; un humanista, que siendo uno de los más grandes maestros, siempre conservó la mirada de niño, la mirada curiosa de un joven alumno”.

En tanto, Gerardo Hierro, yerno de quien fue uno de los historiadores más destacados de los siglos XX y XXI, leyó el texto “Rostro y corazón de Miguel”, de Clementina Díaz y de Ovando, quien retrató a su amigo León-Portilla como un hombre creativo, idealista, gentil, de humor travieso y juicio equilibrado.

Compartió que al recibir la Medalla Belisario Domínguez, el también doctor honoris causa por la UNAM expresó que su vida estaba comprometida con esta casa de estudios, que fue su partido, su escuela, y en la que fue maestro, investigador, director de uno de sus institutos y miembro de su Junta de Gobierno, e hizo un compromiso “con México, su historia, su cultura, su ser social, su realidad plena”.

“Miguel, mi querido amigo, lloramos tu partida, pero celebramos tu prolífica vida”, agregó Hierro.

Investigador multilaureado en México y el mundo

El rector de la UNAM también destacó que León-Portilla fue profesor en la Facultad de Filosofía y Letras desde 1957, y uno de los investigadores más reconocidos de la Universidad Nacional en el país y el mundo. Fue investigador emérito de esta casa de estudios y del Sistema Nacional de Investigadores.

A lo largo de su vida recibió tres decenas de doctorados honoris causa de universidades de México, América Latina, Estados Unidos, Europa e Israel, y cerca de 150premios y condecoraciones nacionales y en el extranjero.

“En agosto de 2017, en un hecho sin precedentes, el rector de la Universidad de Sevilla, España, vino a México para entregar a Don Miguel las insignias del doctorado honoris causa, pues su salud ya no le permitía viajar. Su producción intelectual fue vastísima. Más de 500 artículos de investigación y cerca de medio centenar de libros, de los cuales 31 fueron traducidos a diferentes idiomas”, recordó.

Su “Visión de los vencidos”, obra cumbre que se publicó por vez primera en la UNAM en abril de 1959, ha alcanzado 29 ediciones, múltiples reimpresiones y ha sido traducido a 20 idiomas con un tiraje acumulado de casi 700 mil ejemplares.

Las guardias de honor ante el féretro del filósofo continuaron entre la lectura de poemas en lenguas indígenas y música de la Banda Comunitaria de Texcoco.