Por: Redacción/
Tras el reconocimiento de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) de que prevé la ampliación de presupuesto y tiempo para terminar la construcción del nuevo aeropuerto internacional, programada para el 20 de octubre del 2020, el diputado Rafael Hernández Soriano, urgió al gobierno federal a redoblar la protección al erario público, especialmente cuando hay observaciones por 234.7 millones de pesos tras la revisión de 88 contratos.
El legislador federal del PRD y presidente de la Comisión Especial que da Seguimiento a la Construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, expresó al término de la reunión de trabajo de dicha comisión que es indispensable acelerar el trabajo con los responsables de la obra y en particular con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Expuso que ahora más que nunca, la ASF y la Cámara de Diputados tienen que reforzar la vigilancia para que no se repita el esquema de la SCT de realizar sobrepagos por el desarrollo de obra pública, como ocurrió con la trágica obra del Paso Express, Cuernavaca.
Indicó que como parte de los trabajos de la comisión que preside en la reunión de hoy se desahogó el tema pendiente de agosto pasado, que era el informe de las auditorías practicadas al proyecto de la construcción del nuevo aeropuerto, en donde los funcionarios de la ASF explicaron a los legisladores que realizan una vigilancia permanente al desarrollo de la obra, a fin de corroborar que se cumplan los procedimientos legales y si no, documentarlos para iniciar observaciones o procesos sancionatorios.
Hernández Soriano informó además que el próximo 18 de octubre la comisión que preside realizará la siguiente reunión de trabajo en las instalaciones de lo que será el nuevo aeropuerto, en donde participarán los directivos del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México.
De igual forma, indicó que varios legisladores propusieron que se cite a comparecer al titular de la SCT para que responda por múltiples inquietudes respecto a la obra más cara y transexenal de la actual administración.
Entre esas inquietudes, abundó, está el gasto excesivo para una obra que pudo ser más económica si se hubiese desarrollado en otro sitio, que la construcción no esté pensada para habilitarse por módulos con base en la demanda, ya que como en el caso del edificio terminal, estará subutilizado porque captará sólo al 55 por ciento de los pasajeros en su primera etapa.
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