Por: Redacción
Cuando una mujer de 90 años queda encinta por el milagro de la divinidad, el cuerpo actúa como joven y anciana, con fuerza y cansancio, con mucha danza.
Sara tenía 90 años… pieza dancística contemporánea presentada en el Foro Casa de la Paz de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), basa su esencia en el pasaje bíblico en el que a la esposa de Abraham le es concedida la gracia de quedar embarazada.
“Para mí bailar Sara simboliza un viaje a lo inexplicable, al misterio, a lo seductor y contundente, aquello que no puede expresarse con palabras pero sí con la danza, pues se trata de la libertad y la aceptación del cuerpo y sus impulsos eróticos a veces olvidados”, dijo Yazmín Rodríguez Rodríguez, intérprete única de esta obra.
La beneficiaria del Programa de Creadores Escénicos B 2014 y 2016 afirmó que este trabajo significa un gran desafío físico y mental, pues no son pasos técnicos ni movimientos planeados sino una integración total de ambos.
En el nivel artístico exige el abandono de la cotidianidad para vivir en escena una experiencia energética y sensorial a la altura de una historia bíblica. “Se la revive mientras te sumerges en un presente donde están conectados todos los sentidos”, explicó la egresada de la Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello, del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
El reto es desconectarte del mundo y aparecer en otra dimensión, por lo que los desplazamientos nacen en forma natural, pero con sumo cuidado en la atención corporal y emocional, ya que se trata de la trasformación del cuerpo y la psique femenina, o dicho de otro modo de pasar a un estado de trance escénico.
En alrededor de una hora Rodríguez Rodríguez recorrió el escenario del Foro Casa de la Paz, en medio de cantos mántricos que la inspiraron a desarrollar movimientos de euforia, pasión y exploración, empleando como herramienta única un pequeño banco de madera.
“Es también una reconciliación con mi feminidad, con el tema de la maternidad y la capacidad de creer en los milagros, un contacto directo con lo divino que me devuelve el poder de la fe y la voluntad”, concluyó la bailarina.
El coreógrafo y diseñador de iluminación y vestuario de esta pieza dancística, Óscar Ruvalcaba Pérez, refirió que ésta nace de la habilidad y el talento de la intérprete, quien ha desarrollado un trabajo interesante, manteniéndose congruente con su visión de la danza.
El director de Oscar Ruvalcaba Cía., Danza Contemporánea dijo que esta obra fue pensada a partir de la importancia de los procesos de la fe y de cómo ésta puede hacer que los humanos continúen su vida con firmeza, luego de un momento de mucha incertidumbre. Tal es el caso de la anciana Sara que sin fe es sorprendida con el milagro de un embarazo divino.
La modernidad se ha vuelto una especie de pacto entre el sarcasmo y el cinismo agobiantes, por ello la inspiración para hablar de esta experiencia humana llamada fe, una inmersión con el todo y lo divino, puntualizó.
Más de diez años avalan la trayectoria de Rodríguez Rodríguez como intérprete de varios unipersonales y obras en los teatros más distintivos de la Ciudad de México como Himno (ganadora del Premio de la crítica del XXXI Premio INBA-UAM, Palacio de Bellas Artes), Carlota, la del Jardín de Bélgica, Dido y Eneas,Tres árboles altos contra un paisaje rojo presentada en España yFolio en Blanco, entre otras.
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