Por: Redacción

Javier Eduardo López Macías, Presidente de la Unión Nacional Integradora de Organizaciones Sociales y Economía Social, adelantó que hay un acuerdo entre organizaciones campesinas y el Secretario de Agricultura, José Calzada, para que la Sagarpa en su Presupuesto 2017 destine un 60% de su presupuesto total asignado a programas de pequeños productores y ya no el 18% que se le venía otorgando en años anteriores.

Además, sostuvo que se reducirá el subsidio otorgado a las 465 mil empresas que concentran 74 por ciento de las ventas totales agropecuarias.

Por lo anterior, indicó que Sagarpa ejercerá para pequeños y medianos productores 16 mil 448.9 millones de pesos al área de Fomento Agrícola donde se encuentran programas como Proagro, Fomento Ganadero, Fomento a la Productividad Pesquera y Acuícola así como Apoyo a Pequeños Productores.

También dichos recursos están etiquetados para programas como Pesa, Pimaf, el Campo en nuestras manos, Procafé, Fappa, Arráigate, Atención a Siniestros, Extensionismo, Apoyos a la Comercialización, Productividad y Competitividad Agroalimentaria así como Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria.

Lo anterior en el marco del encuentro nacional de UNIMOSS en el que dejó en claro la importancia de que si bien habrá más recurso etiquetado en la Sagarpa, la realidad económica del 2017 no será favorable y los subsidios tienden a desaparecer, de tal suerte que las organizaciones campesinas están obligadas a presentar proyectos más integrales que sean aplicables al campo con plusvalía garantizada.

En su exposición, durante el encuentro nacional, de tres días, el Presidente de UNIMOSS, indicó que en tiempos de crisis la visión debe ser de oportunidad por lo que el alcance del 60 por ciento del presupuesto de Sagarpa a favor de poco más de 3.5 millones de medianos y pequeños productores que sean capaces de concursar sus proyectos fue resultado de la lucha unida de organizaciones campesinas.

Y es que, dijo, las organizaciones no pueden seguir como un “buró de gestoría de proyectos de tutifruti porque no se incide en lo productivo así que hay que ir por la consolidación de proyectos integrales en lugar de sacar proyectos de todo tipo”.

Advirtió que si seguimos en la inercia de “proyectitos”, hectárea de maíz, frijol y otros, pero pulverizados, “nos iremos a ningún lado así como no iremos a ningún lado en el medio rural con líderes vitalicios cuando la urgencia es institucionalizar a las organizaciones para alcanzar proyecciones a largo plazo”.

Indicó que regalar dinero y despensas no resuelven el problema de la pobreza, son solo programas de contención por lo que la única manera de generar riqueza son empresas rentables y empleos bien pagados de tal suerte que urge un cambio de mentalidad en el campesino.

Javier Eduardo López Macías, indicó que en el entorno alimentario y económico mundial ahora las organizaciones campesinas en México deben lograr que los productores sociales hagan negocio con la producción de sus tierras a través de la capacitación, organización en el valor agregado, exportación, comercialización y capacitación técnica.

Sin embargo, admitió que muchas veces lo anterior no se logra porque el productor social carece de confianza en las organizaciones, en los liderazgos y en la falta de capital que padece.

Entonces, dijo, si el modelo económico actual no sirve, nosotros como organización debemos cambiar el modelo debido al crecimiento poblacional en los próximos 30 años en México y la oportunidad para el campo ante la demanda alimentaria.

Por ello, indicó que en el medio rural se requiere romper inercias para cambiar la mentalidad porque la única forma de hacer competencia es con organización y tecnología de punta pues no es posible que mientras los competidores como EUA y Canadá cuentan con graneros, de 4 a 5 mil hectáreas, en México los pequeños y medianos productores apenas llegan a una hectárea sin inversión, capacitación y tecnológica mediante modelos de desarrollo económico con valor agregado vía la organización.

Lo anterior se demuestra con hechos palpables como la existencia de sólo 10 integradoras de aguacate en México que exportan cuando hay miles de productores rurales de aguacate sin organizar o como sucede con los cítricos o granos básicos como en el arroz donde importamos el 60 por ciento de lo que consumimos.

Así, con esta realidad, programas como Fappa, INAES y Promete, pueden ser aplicables pero ya no pueden ser la única vía de apoyo a los campesinos para que instale una cafetería, tortillería, etc ya que nada de eso genera mayor valor agrega

Además, López Macías, comentó que otra tendencia a observar son los nuevos mercados para el campo en materia de producción y para el medio rural en materia cultural, religiosa o ambiental ya que crece la producción de alimentos orgánicos, la carne de especies pequeñas están ganando terreno sobre las grandes ante los impactos de la “huella de carne o de carbono”.

Otras opciones son el ecnototurismo, el ecoturismo, el turismo rural, el turismo religioso pues no hay que olvidar que en el caso del turismo se prevé que se triplique en los próximos años.