Por: Redacción 

No importa si eres fotógrafo de estudio, modelos, bodas o de cualquier tipo, todos deben ser responsables y aplicar la autocensura para ofrecer un gran trabajo, comentó Pedro Meyer, uno de los mejores artistas visuales de México, durante el homenaje que le rindió el Instituto Politécnico Nacional (IPN) en el Centro Cultural “Jaime Torres Bodet”, en Zacatenco.

El homenajeado cree que la autocensura es muy importante. Al aplicarla en su trabajo Fotografío para Recordar, en el que retrató a muchas personas, le permitió observar otros puntos de vista, evitar el voyerismo y ser más humanista. “La censura más grande es la propia, pero es la más corrosiva, porque nadie la ve, sólo afecta nuestras decisiones y nos permite conocer el sentido de la cultura visual actual”.

Es un honor reconocer a Pedro Meyer, ex presidente del Consejo Mexicano de Fotografía y promotor de la imagen documental. El maestro es un innovador de la era digital, dijo el Director General del IPN, Enrique Fernández Fassnacht, al encabezar la ceremonia en el auditorio “Manuel Moreno Torres”.

Su material fotográfico ha sido exhibido en más de 200 galerías de todo el mundo, como el San Francisco Museum of Modern Art, Victoria and Albert Museum en Londres y Centre Georges Pompidou en París, también ganó el Premio Internazionale di Cultura Citta di Anghiari en 1985 y 1993, además de otras distinciones nacionales e internacionales.

Las obras de Pedro Meyer forman parte de la historia cultural de México, sus fotografías que muestran tanto la verdad y ficción son expresiones artísticas que deben ser disfrutadas y reflexionadas. Con este homenaje le queremos decir que el IPN, que cumple 80 años, es siempre su casa y será siempre bienvenido, recalcó el Titular del Politécnico.

Resaltó que el esta casa de estudios tiene entre sus funciones primordiales la difusión de la cultura. Desde 1936 trabaja continuamente en poner la expresión artística a disposición de la comunidad politécnica y de los mexicanos.

Durante la entrevista que le hizo su colega Gerardo Montiel Klint, Pedro Meyer relató que comenzó a tomar fotografías por tener mala memoria. Capturar los momentos de su vida y volverla una bitácora personal fue el motivo que lo convirtió en uno de los mejores artistas visuales de México.

El homenajeado expuso que apoya y concuerda con las personas que se toman fotografías en sus gratos momentos. “Al capturar las imágenes tenemos el privilegio de volver a recordar muchas memorias, ver de nuevo una foto nos permite regresar a una etapa de nuestra vida”.

Meyer relató que sus primeras acciones documentales las realizó tras el terremoto de México 85, cuando organizó un grupo de fotógrafos de un taller que impartía para registrar los daños causados por el fenómeno natural.

También comparó las diferencias entre su época de fotógrafo y las nuevas generaciones, “ahora todos toman fotos con sus cámaras o celulares, pero antes no era fácil”. Sus exploraciones fotográficas fueron con el Club Fotográfico de México, donde hacían competencias entre los miembros para sacar la mejor imagen, pero, al ser todos muy celosos, nadie quiso enseñarle.

Lo más cercano a un maestro fue un señor de intendencia que limpiaba el cuarto oscuro, y que empíricamente aprendió el proceso de revelado de fotos. “No había un solo lugar donde pudieras aprender fotografía, así que compré un curso por correspondencia del New York Photography Institute”.

Al finalizar la charla, Mónica Rocío Torres León, secretaria de Servicios Educativos, entregó el reconocimiento y una chamarra con los colores tradicionales del IPN a Pedro Meyer por su labor fotográfica documental, seguido de ello el público hizo retumbar el auditorio con un Huélum.