El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados consideró que “los resultados de la Reforma Laboral presentan claroscuros”; sin embargo, sus mejores efectos ocurren en el ámbito de la certeza jurídica laboral.
Esta reforma se lleva a cabo en un momento en el que confluyen una crisis económica internacional, el efecto de esa crisis sobre el mercado interno y la dinámica de otras. Agregó que en la última década, la Población Económicamente Activa (PEA) se ha expandido a una tasa del 2 por ciento anual.
En ese lapso, la creación de empleos ha sido insuficiente, por lo que se ha generado un déficit de casi cinco millones de empleos, mientras que en los años previos a la Reforma Laboral, la falta de empleo promedio era de 755 mil puestos anuales.
A través del documento “Evaluación de los primeros resultados de la Reforma Laboral”, el CEFP mencionó que para los años posteriores a la enmienda legislativa se han generado superávits de empleo; sin embargo, destacó que es probable que se requiera un tiempo mayor para que madure y se aprecien mejor sus efectos.
Detalló que de su análisis, “es difícil demostrar que el crecimiento tanto en la ocupación de la población total como de la variable de mujeres ocupadas, se debe a esta reforma, ya que la tendencia de los últimos dos años en ambos casos, es de crecimiento inercial, en parte debido al crecimiento poblacional y también al rol actual de la población femenina en el mercado laboral”.
En cuanto al objetivo de transitar de la informalidad a la formalidad, señaló que la flexibilización provoca que el número de trabajadores eventuales se incremente en mayor medida que los permanentes. “Esto ha ocurrido desde 2005, lo que sugiere que las empresas ya habían implementado esa forma de flexibilización y la reforma formaliza este evento”.
Mencionó que como una medida de la formalización, la proporción de trabajadores ocupados con acceso a instituciones de salud por parte de su empleo alcanzó su máximo valor (37 por ciento) en 2014. Empero, no es concluyente que su causa sea únicamente la Reforma Laboral, pues el crecimiento no ha sido sostenido, y también incidió la Reforma Fiscal que incentivó la formalización.
El CEFP relató que si bien después de la Reforma Laboral se han registrado cifras que muestran un mayor crecimiento de los trabajadores con acceso a instituciones de salud por parte de su empleo, no se advierte si se debe únicamente a la misma, en tanto que, en dicho periodo el Estado ha incorporado otras reformas que coadyuvan a la formalidad; tal es el caso de la Hacendaria aprobada en 2013, que motivó la formalidad tanto en el aspecto fiscal como en la seguridad social.
La reforma sí ha inducido a una mayor conciliación entre empresas y sus trabajadores: el número de acuerdos se ha incrementado y las demandas han disminuido. En el último año no se registró ninguna huelga, por ende, si existe una mayor certeza jurídica.
Al revisar el total de casos ante la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET) durante el periodo 2001-2014, se observa al tendencia a la alza, al pasar de 21 mil 300 en 2001 a 28 mil 836 para 2014, en donde sobresale el incremento de 29 por ciento de casos que se registró de 2008 a 2009; ello podría ser derivado de la crisis económica, años donde el desempleo aumentó de manera considerable.
De forma contraria, el número de conciliaciones realizadas por la PROFEDET durante el mismo periodo muestra una tendencia a la baja, al pasar de 10 mil 762 para 2001 a 8 mil 390 para 2014. De acuerdo con la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, 77 por ciento de las conciliaciones efectuadas en 2014 fueron favorables para el trabajador.
En ese mismo lapso, se observa una tendencia decreciente en el número de huelgas registradas en el país, dado que de llegar a su registro más alto en 2006 con 55 huelgas, para el 2014 se observa que no se presentó ninguna huelga, un hecho sin precedentes.
En su documento, el CEFP resaltó que en el caso de los salarios reales, se aprecia una recuperación de los mismos durante los dos últimos años, como resultado de una tendencia que inició en 2010, lo que indica que “no es posible atribuir completamente este comportamiento a la Reforma Laboral”.
Además, la cobertura de seguridad social de los trabajadores muestra que es probable que la reforma haya contribuido a la recuperación de los niveles observados en la fase previa a la crisis. Sin embargo, no existe evidencia suficiente para derivar una conclusión definitiva, se requiere mayor información y más tiempo de maduración de la reforma.
Tampoco se puede establecer una conclusión absoluta del efecto de la reforma sobre la productividad. Hasta el primer trimestre de 2015, ésta ha mantenido la tendencia observada desde 2005.
El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas indicó: “No se advierte que la Reforma Laboral haya contribuido a mejorar los principios de equidad en las remuneraciones entre mujeres y hombres”. En los últimos dos años disminuyó en un peso el ingreso promedio real por hora trabajada de las mujeres.
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