Por: Redacción/
Estrés crónico, postraumático y económico; síndrome de desgaste ocupacional, trastornos de ansiedad e incremento en la depresión, serán las principales afectaciones en la población que trabaja mediante home office, al menos durante dos años derivado de la emergencia sanitaria, revela un estudio dirigido por la Coordinación de Psicología Organizacional de la Facultad de Psicología (FP).
Érika Villavicencio Ayub, de esa entidad académica de la UNAM, explicó que con base en los resultados los motivos del estrés son: aislamiento, falta de contacto con familiares y compañeros de trabajo, pérdida de horarios laborales y la amenaza de despido laboral.
Como parte de la investigación “Impacto del COVID-19 en trabajadores mexicanos”, se entrevistó a más de cinco mil empleados de todo el país que realizan home office, a fin de conocer su estado de salud mental y su economía.
De ellos, 81 por ciento vive con temor de perder su empleo debido a los constantes recortes en la planta laboral o cierre de empresas, situación que les genera “miedo que paraliza a la persona, la distrae y la lleva a estar en un constante estado de alerta que afectará su salud mental y, por ende, la concentración en su trabajo”, detalló.
Adicionalmente, 87 por ciento se siente afectado económicamente, lo cual es preocupante porque 75 por ciento tuvo una reducción en sus ingresos, o tiene familiares que recibieron un recorte mayor al 50 por ciento de su salario. En consecuencia, el 90 por ciento está preocupado por los gastos del hogar.
“Este es un llamado a las organizaciones para entender que en muchos casos la medida de implementación de home office no ha sido lo más eficiente, esperaríamos que después de tantos meses llevando esta práctica se implementaran mejoras”, dijo.
Se deben tomar medidas urgentes que contribuyan a que el desempeño continúe, que la productividad se alcance y se impacte menos en la salud de los colaboradores, destacó la investigadora.
Subrayó que esta es una investigación en proceso y la pandemia influye cada vez más en las condiciones en que viven las personas. Otros resultados indican que 63 por ciento de los trabajadores ya está afectado por no ver a sus amigos o seres queridos.
Además, 44 por ciento de los encuestados reportó tener comunicación con los jefes después del horario laboral, “y esto nos refiere a un tema pendiente en la cultura que es el derecho a la desconexión. Las autoridades en materia laboral podrían trabajar al respecto para tener con claridad los lineamientos de cómo se aplica el home office y cuándo es sano que la persona pueda desconectarse de su trabajo”, subrayó Érika Villavicencio.
Miedo al contagio
La académica universitaria destacó que prácticamente la mitad de los encuestados presenta trastornos de sueño. Además, los primeros resultados del estudio indican que el 34 por ciento ha pasado tanto tiempo sin salir de casa que considera afectada su salud mental y física. Sin embargo, 89 por ciento tiene miedo de contagiarse de la COVID-19.
Aunado a estos resultados, 12 por ciento incrementó el consumo de alcohol y 6.5 por ciento aceptó que en este periodo adoptó una adicción: alcohol, tabaco, drogas u otra.
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