Redacción

Estudiantes de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), Unidad Culhuacán, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), rescataron un sistema hidráulico, creado hace más de 200 años, para llevar agua a zonas de cultivo de Nochixtlán, Oaxaca.

El proyecto consistió en la adaptación de un sistema que utiliza una bomba de ariete en una zona donde no llega la electricidad, ni es posible emplear combustibles fósiles para obtener agua con un generador eléctrico. Su funcionamiento se basa en la energía que genera un cuerpo de agua cercano.

El mecanismo fue adaptado en un riachuelo cuya fuerza de presión provoca un golpe de ariete hacia una cámara de presurización que construyeron con tubería, lo que permite bombear el líquido en automático a un depósito de abasto colocado en un nivel superior.

Al igual que el caudal, el golpe de ariete también es constante. Puede estar en funcionamiento todo el tiempo que se requiera para llenar los depósitos de agua que se utilizarían al regar la zona de cultivo. Lo anterior es posible sólo con la fuerza que proporciona el caudal del río.

Héctor Martínez Sánchez, Isaac Eli Reynoso Ortega, Eduardo Zúñiga Rivera, Miguel Ángel Vicente Ramón y Julián del Castillo Amaya, quienes desarrollaron el Sistema de distribución de agua para la comunidad de Nochixtlán, Oaxaca, explicaron que este mecanismo fue creado por un cervecero en 1772.

SISTEMA HIDRÁULICO DE LA ESIME CULHUACÁN (4)

En su tiempo representó un gran avance tecnológico, que a la fecha puede ser utilizado con gran efectividad sin utilizar energía eléctrica, pero fue desplazado por la bomba centrífuga que impulsa agua mucho más rápido.

Los politécnicos desarrollaron este sistema bajo los principios hidráulicos de la bomba de ariete y la ecuación de Bernoulli que describe el comportamiento de un fluido moviéndose a lo largo de una corriente de agua, conocimientos adquiridos en las clases teóricas y que aplicaron en este proyecto para obtener su título de Ingeniería Mecánica con especialidad en hidráulica.

El reto principal fue resolver el problema de diseño y realizar los cálculos para que el caudal del río no sobrepasara el tamaño de los tubos de entrada y salida, así como la capacidad del tanque de presurización, por lo que necesitaron aplicar conocimientos de hidráulica y mecánica de fluidos.