Por: Redacción
El Laboratorio de Biogeoquímica Ambiental de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM fue aprobado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en dos evaluaciones de la conformidad: una en el área de Muestreo de Suelos (NMX-AA-132-SCFI-2006) y otra en Análisis de Metales (NOM-147-SEMARNAT/SSA1-2004), ambas en la rama de Residuos.
Las evaluaciones validan el muestreo y análisis de cualquier tipo de suelos contaminados por metales que se efectúe en ese espacio universitario, con la garantía de que se realizan conforme a las normas y a la Ley Federal sobre Metrología y Normalización vigentes en el país. También, brindan a esos estudios el carácter legal para las autoridades mexicanas; es decir, si éstos determinan que un sitio ya no está contaminado, la Profepa toma como válido ese resultado.
El Laboratorio, ubicado en el Instituto de Geografía (IGg) de esta casa de estudios, es el primero de la UNAM en ser aprobado por la Profepa, además de quedar incorporado al Padrón de Laboratorios, señaló la responsable del mismo, Margarita Eugenia Gutiérrez Ruiz.
La especialista explicó que, en general, estos espacios universitarios han avanzado hacia su acreditación en materia de investigación para dar mayor validez a sus análisis, pero estos últimos sólo son reconocidos por la Profepa cuando se realizan en laboratorios acreditados en normas o métodos normados y cuentan con la evaluación de la conformidad.
Por la labor que realiza en el rubro, el Laboratorio de Biogeoquímica Ambiental fue sometido previamente al proceso de acreditación como laboratorio de ensayos, de acuerdo con los requisitos establecidos por la Norma Mexicana NMX-EC-17025-IMNC-2006. El aval fue otorgado por la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA) en septiembre de 2014.
No obstante, explicó Gutiérrez Ruiz, en el área ambiental no sólo es necesario estar acreditado ante una instancia reconocida en el mundo, como la EMA, también se requiere el aval de la Profepa, lo que constituye un proceso complicado, “pero finalmente se logró”.
Al respecto, la responsable del Sistema de Gestión de Calidad y de la Evaluación de Conformidad del Laboratorio, Norma Ruth López Santiago, indicó que el proceso ante la Profepa fue más rápido en el área de Muestreo de Suelos, que se realizó de enero a marzo de 2015, pero requirió más de un año en el caso de los análisis de metales, debido a los estrictos requisitos a cumplir.
Relevancia
En tanto, Gutiérrez Ruiz recalcó que con las Evaluaciones de Conformidad pueden realizarse “todos los análisis que solicite la industria, el gobierno o las comunidades en el área de metales y metaloides, y éstos serán legales, pues se cumple con las normas y pueden considerarse para cualquier decisión sobre una problemática ambiental”.
Con la acreditación de la Profepa, el Laboratorio también obtuvo recientemente el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para infraestructura, por lo que se cuenta con nuevo equipamiento: un ICP óptico, un analizador portátil de Rayos X y un analizador de azufre, instrumentos que se integrarán a los procesos validados y acreditados de este espacio.
Los nuevos equipos, incrementarán la capacidad de ese espacio, con lo que se buscará acreditar normas en las áreas de jales y residuos mineros. “El laboratorio es cada vez más poderoso y útil. Nuestras metas son, a través de brindar servicios a la industria, lograr soluciones ambientales reales y resolver problemas –no sólo publicar artículos, los cuales son valiosos, pero no implican forzosamente una solución–, además de formar recursos humanos y generar confianza entre gobierno, industria y la UNAM”, sostuvo.
El Laboratorio
Asimismo, recordó que en 1983, a partir de que unos niños en Xalostoc, Estado de México, se quemaron con basura considerada radiactiva, cuando en realidad era jabón descompuesto, “decidí comprometerme con la línea de química de residuos y de suelos contaminados; en ese entonces un área nueva en México”.
Ese mismo año empezó a trabajar en un espacio del IGg y con apoyo de la Agencia Alemana de Cooperación Técnica y de una partida especial del Proyecto UNAM-BID, en 2006 inició la construcción y equipamiento del actual laboratorio, cuyo objetivo es realizar estudios en el área de residuos peligrosos y suelos contaminados por éstos (gases, líquidos o sólidos).
La biogeoquímica ambiental de suelos, agregó la universitaria, es una de las líneas centrales de investigación para resolver los problemas en la materia y comprender el destino de los elementos químicos en el medio geográfico. “Cuando se habla del cromo, por ejemplo, una parte está en el aire, otra en el suelo y en los sedimentos, de donde lo absorben plantas y animales. Es un elemento que, en su estado trivalente, es esencial en el cuerpo de los mamíferos”.
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