Por: Mugs Redacción
Alumnos de las licenciaturas en Ingeniería Electrónica e Ingeniería Mecánica de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) obtuvieron la medalla de plata en el Concurso Internacional de Ciencia y Tecnología Innova Brussels 2015, por su proyecto Silla Jansen para personas con movilidad reducida.
Víctor Mayén Flores, Fernando Alcántara Segura y Ramiro Jiménez Habanero, estudiantes de esta universidad, en colaboración con Iván Chávez Romero, del Instituto Politécnico Nacional, y Ricardo Abel Valdés Aguilar, del Instituto Tecnológico de Toluca, desarrollaron el prototipo dirigido a mejorar la calidad de vida de personas discapacitadas.
Innova Brussels es un encuentro que se lleva a cabo desde hace 64 años y convoca a inventores para compartir y mejorar su trabajo con colegas de distintas partes del mundo; además brinda pláticas a empresarios e inversionistas para financiar las ideas más atractivas.
En entrevista, Mayén Flores, alumno del séptimo trimestre de Ingeniería Electrónica, comentó que la idea surgió en 2011 durante sus estudios de bachillerato –que cursó con Valdés Aguilar– con quien desarrolló una tecnología especial para personas con discapacidad motriz en las piernas.
“Buscamos la discapacidad más frecuente en México y vimos que la motriz es un problema urgente de atender. De esta forma surgieron nuestras primeras ideas y entramos a varios concursos”, mencionó.
Después de haber recibido varias críticas que los hicieron mejorar el prototipo aplicaron un sistema basado en un mecanismo que funciona desde un conjunto de 12 piernas, gracias al cual resulta más fácil trasladarse sin importar el tipo de terreno, pues facilita subir o bajar hasta tres escalones de 18 centímetros, así como avanzar en pasto, arena, piedras o tierra.
“Normalmente las sillas construidas con ruedas se atascan, por lo que planteamos una silla de ruedas con piernas que tiene un costo de fabricación bajo, en comparación con las eléctricas, cotizadas en alrededor de 800 dólares; la nuestra sería de construcción artesanal”.
Hasta el momento cuentan con prototipos hechos a escala, pero esperan tener pronto un ejemplar en tamaño real y que pueda ser utilizado por personas de 12 años en adelante debido a la facilidad de su uso.
Con la finalidad de fabricarlo mantuvieron sus primeros contactos con el Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial del Conacyt, que se dedica a la manufactura avanzada de este tipo de tecnología y recibieron asesoría por parte de un grupo de expertos en el tema, al mismo tiempo que están trabajando en el proceso de la patente.
Para mejorar la estructura de la silla evaluaron diversos materiales, maquinaria y piezas, buscando incorporar mecanismos basados en la domótica, un sistema de control electrónico utilizado para asegurar viviendas; desde la silla Jansen se podrán prender o apagar las luces de la casa, controlar los aspersores, abrir o cerrar puertas, destacó.
El trabajo colaborativo y multidisciplinario ha caracterizado la labor de los jóvenes; así, el proceso de trámite de patente lo han gestionado a través de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Azcapotzalco.
Además, al equipo integró a un arquitecto y un sociólogo: “Gracias al apoyo de los docentes pudimos financiar el proyecto de la mano de organizaciones y del propio Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología”.
Sobre su participación en Innova Brussels refirieron que fue el único equipo de América Latina concursante en la edición de 2015. “Lo más importante fue que hicimos varios contactos con otros emprendedores y fue muy diferente a lo que experimentamos en otras actividades”, indicó Valdés Aguilar.
Emprender un proyecto de esta magnitud implicó buscar apoyo y recursos; la universidad apoyó y además se recurrió a varias instituciones, involucrando cada vez más a personas de otras áreas. Al final corroboraron que competir contra y entre mexicanos es la parte más difícil de superar.
“Vimos que eran proyectos dados a conocer más como modelos de negocio, pues había ingenieros de Taiwán, Corea del Norte, Italia, Alemania, es decir, ya no es una feria de ciencias, sino una competencia de innovación que soluciona un problema real al tiempo que genera ganancias económicas”, subrayó Mayen Flores.
En México sólo se ha promovido el desarrollo de la robótica pura, la lucha de robots o de sumo, y “no se piensa en proyectos realmente prácticos. Hace falta impulsar una visión más social y eso es lo que nosotros pretendemos en el campo de la ingeniería”.
Gracias a esta experiencia obtuvieron un panorama de las ideas que existen en otros países e instaron a la comunidad universitaria a responder a convocatorias internacionales.
“No debemos tener miedo a preguntar o equivocarnos, y solamente podemos crecer a partir del trabajo en equipo, en colectivo”.
Con los buenos resultados obtenidos comenzaron a constituir una empresa formal y “hemos recibido apoyo, incluso por parte de los diputados Eric Sevilla Montes de Oca y Edgar Raymundo Martínez Carbajal”, finalizó.
Los primeros esbozos del diseño de la silla Jansen habían sido presentados en la Expo Sciences International en Bratislava, Eslovaquia; en Mostratec, Brasil, y en la Italian Union Contest for Young Scientists, en Milán, Italia.
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