Por: Redacción/
La Licenciatura en Medicina de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) fue reacreditada –el 28 de junio pasado– para el quinquenio 2017-2022 por el Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica (COMAEM), en reconocimiento a la calidad, la vanguardia y el estándar alto de su programa de estudios, planta docente e instalaciones.
El doctor Jorge Alberto López Ávila, coordinador de la misma, informó que del 17 al 19 de mayo pasado un grupo de cinco especialistas adscritos a varias instituciones universitarias de dicha disciplina de México evaluó los espacios, entrevistó a miembros de la comunidad y supervisó que los planes cumplieran con los niveles de calidad requeridos.
En el proceso fueron calificados 62 indicadores de los patrones físicos, que consideran todas las edificaciones de la Unidad: laboratorios, aulas, bibliotecas, auditorios, áreas deportivas, de recreación y esparcimiento; la eficiencia docente, es decir, que cada una de las unidades de enseñanza aprendizaje sea impartida por expertos en la asignatura a su cargo, y el plan académico, que corresponde al perfil de egresados en su modalidad modular y fomenta la educación participativa y colaborativa entre alumnos y profesores.
El modelo educativo de la Unidad Xochimilco –sistema modular– se ha caracterizado por una estructura departamental de enseñanza-aprendizaje innovadora, vigente y actualizada que responde a las propuestas modernas –nacionales e internacionales– de formar médicos capaces de resolver problemas de salud-enfermedad en la práctica profesional.
El doctor en neurociencias resaltó que desde la fundación de la Licenciatura –en junio de 1978– se ha contado con instalaciones adecuadas para impartir una educación óptima, de acuerdo con el perfil educativo, así como con espacios clínicos idóneos para la preparación de los galenos e iniciativas para el desarrollo de programas institucionales de servicio social.
El plan ha sido objeto de modificaciones, la más reciente aprobada en marzo de 2016 que permitió renovar la biografía y unificar los criterios de evaluación en varias unidades de enseñanza aprendizaje, incluida la realización del Examen Clínico Objetivo Estructurado, ECOE, de tipo informativo y con carácter evaluativo durante el internado de pregrado.
En los últimos cinco años la Licenciatura mejoró en términos de modernización de los planes de estudio, planta docente y construcciones, además de que fueron incorporados para el adiestramiento en aulas el nuevo edificio, “BB”, y el equipado Laboratorio de Habilidades Quirúrgicas en el “H”, inaugurado en 2016.
También fue adquirido el simulador HAL320, un maniquí de cuerpo entero que posibilita la representación de signos y síntomas de cuadros clínicos –ruidos cardiacos, dilatación pupilar, presión arterial y pulsos, entre otros– así como la programación de más de 300 patologías, con el objetivo de impulsar los procesos de enseñanza-aprendizaje de la instrucción preclínica, indicó el doctor López Ávila.
En 2015 se registraron 4,855 egresados, de los cuales 4,435 titulados, mientras que en los procesos de selección para cursar estudios –en los trimestres Primavera y Otoño– fueron contabilizados 9,279 aspirantes y 240 nuevos alumnos, es decir 2.5 por ciento de quienes presentaron examen de admisión, con un alto grado de competencia, ya que el puntaje exigido por el Consejo Académico es el más alto de los 17 planes y programas de ese nivel ofrecidos en la Unidad.
La Licenciatura en Medicina de la UAM está ubicada como la segunda mejor en las universidades públicas de la Ciudad de México y entre las más notables del país, pero la evaluación del ranking resulta impreciso, porque considera fundamentalmente el número de estudiantes que ingresa al examen nacional de residencia, cuando el propósito de esta sede académica no es sólo formar especialistas, sino también médicos generales e investigadores.
Los egresados sobresalen en su perfil porque son capaces de reconocer las dimensiones bio-psico-social del proceso salud-enfermedad; aplican el método clínico-epistemológico y sus conocimientos, habilidades y destrezas, así como los recursos paraclínicos en la práctica, el diagnóstico, la terapéutica y la rehabilitación en los ámbitos individual y colectivo.
Un médico por la Casa abierta al tiempo posee potencial y criterio para remitir con oportunidad al paciente a otro nivel de atención, así como para actuar en conjunto con aquél, la familia, otros profesionales y la comunidad en el establecimiento de una acción integral de promoción del bienestar, la prevención de males, la restitución de la salud y la rehabilitación.
Además tiene un alto compromiso académico y evidencias científicas que soportan su avance permanente en el acopio de saberes y aptitudes, como base de una preparación de calidad en el desarrollo de sus quehaceres y crecimiento profesional; a la par de tales características, su conducta está respaldada por principios éticos y humanísticos, subrayó el doctor López Ávila.
La Licenciatura forma profesionales de la medicina para abordar las vicisitudes en la esfera de la salud de manera crítica mediante el manejo de la metodología científica que busca la interdisciplinariedad, con independencia del área geográfica y el sitio de trabajo, para efectuar acciones individuales y colectivas, considerando al ser humano integralmente.
Prioritarias son la promoción del bienestar y la prevención de la enfermedad –más que la curación– en particular la invalidez como punto inicial de las terapias de rehabilitación, precisó el investigador del Departamento de Atención a la Salud de la UAM.
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