Por: Redacción/
Gracias a la contribución del gobierno de Japón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha apoyado la reconstrucción de un centro de salud en la parte oriental de Alepo, el primero desde que se reanudó el acceso humanitario en enero del 2017.
El centro de Saad Ibn Abi Waqas, que reabrió en septiembre, quedó dañado por los combates en 2013. Es el primero que se ha logrado rehabilitar en la parte oriental de la ciudad desde que todos los hospitales y 18 de los 21 centros de salud cesaran sus actividades por daños en las infraestructuras, falta de personal y carencia de suministros médicos.
La reapertura del centro, que cuenta con 5 clínicas especializadas en medicina interna, salud reproductiva, pediatría, cuidados ortopédicos y dermatología, permite a las personas retornadas tener acceso a importantes servicios.
Con 34 trabajadores de salud, entre ellos 10 médicos, “representa también oportunidades de empleo para un sector que sufrió mucho por la destrucción de la ciudad”, dijo Fadi Al-Souti, el director de la organización no-gubernamental a cargo del funcionamiento del centro.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PAM) pidió acceso humanitario a la zona sitiada de Ghouta Oriental, cerca de la capital Damasco.
Se han reportado casos de hambre extrema y de malnutrición entre las familias afectadas por el conflicto.
“En lo que va de año, solo hemos recibido la autorización para llegar a 70.000 personas, de las 400.000 que se estima viven en Ghouta Oriental “, informó Abeer Etefa, de la oficina del PAM en Medio oriente y África del Norte.
Cerca de 420.000 personas todavía viven en zonas sitiadas, la mayoría en Ghouta Oriental, y tienen acceso muy limitado a la alimentación. “Pedimos acceso seguro e incondicional a las personas sitiadas para proporcionar asistencia alimentaria de urgencia y evaluar las necesidades”, dijo Etefa.
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